Martínez reconoció que sus relaciones con el Gobierno de Esperanza Aguirre se están "normalizando", después de los enfrentamientos que mantuvieron la presidenta regional y el líder sindical en la etapa de Rafael Simancas como candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid

En declaraciones a Servimedia Martínez señaló que en la anterior legislatura hubo "una época compleja en las relaciones" entre la Comunidad y UGT, quizá porque al Gobierno regional "le falte entender cuál es el papel de los sindicatos, que hablamos no sólo de los centros de trabajo".

"UGT somos una organización sociolaboral que pensamos en el trabajador yen sus condiciones laborales, pero también estamos interesados en la educación, sanidad, y servicios sociales consistentes que recibimos", manifestó.

Aseguró que "eso es lo que no entiende -la Comunidad- y lo que ha provocado enfrentamientos", añadió Martínez, quien pidió a la Comunidad de Madrid "colaboración conjunta" para "intentar paliar los efectos de la situación económica" en la región.

Respecto a la situación laboral, dijo que se está perdiendo empleo en Madrid y señaló que la "precariedad es preocupante". Cifró en 27.000 los puestos de trabajos perdidos en la construcción respecto a 2006, la mitad de ellos ocupados por ciudadanos inmigrantes.

Aclaró que no está pidiendo a Aguirre "intervenir" en la economía, sino "ayudar y comprometerse con la gente. Los gobiernos han de entrar en estas cuestiones para facilitar la vida de la gente".

"Es necesario corregir las desigualdades que el mercado genera. Los Gobiernos de Madrid y de España tienen que entrar a condicionar el mercado para que las gente no sufra las consecuencias", añadió.

Se refirió a la obra pública como elemento de ayuda para salir de las dificultades económicas, pidió un "gran pacto por Madrid" y dijo que la Comunidad madrileña "no está reticente" a este tipo de medidas.

Asimismo, reclamó el compromiso de los empresarios que, asu juicio, "tienen que jugar un papel que no están jugando, relacionado sobre todo con la responsabilidad social de las empresas, entendida como proyecto compartido en la que ellos -los inversores privados- no tienen que perder dinero y los empleados tener un empleo".

"Tienen la responsabilidad de no ser cicateros, dar un paso adelante y considerar los costes laborales como un elemento de productividad y competitividad, y no como un factor de gasto", subrayó.

Explicó que "un trabajador bien formado, implicado en el proyecto y razonablemente bien pagado, es un empleado más productivo y rentable".

Por otro lado, señaló que actual la situación económica puede influir en las elecciones, porque "el ciudadano la está sintiendo en su bolsillo cuando realiza sus compras, en las hipotecas".

"Esto es lo que más nos afecta, sobre todo teniendo en cuenta que algunos salarios no están protegidos por las revisiones", dijo Martínez, quien explicó que el PP, "como es lógico al estar en la oposición, está buscando los flancos débiles de la situación actual".