Cortés juzga "insensato" que el Instituto Español de Emigración considere la campaña de 1991, que comienza a finales de este mes en el país vecino,como la última oficialmente organizada por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

"Asi", comentó, "los trabajadores españoles que vayan a Francia a vendimiar a partir de 1992 van a ser considerados como trabajadores de segunda división (...) en las mismas condiciones, quizá, que los trabajadores marroquíes, portugueses o polacos".

Pedro Cortés anunció que UGT exigirá al Gobierno que evite esta situación de inseguridad, protegiendo legalmente y facilitando transporte, porque es "falsa", dijo la idea oficial de que a partir de 1992 ya no habrá traslado en masa de jornaleros españoles al campo francés.

Recordó al respecto que todavía hay 400.000 parados en el campo español y añadió que si ha ido decreciendo en los últimos años el número de los que se trasladan a vendimiar, es porque los empresarios galos les hacen menos contratos, no porque ellos dejen de ir voluntariamente.

Este año acudirán a la campaña francesa alrededor de 17.000 jornaleros españoles, una cifra que contrasta con ls 23.719 que acudieron en 1990 y que queda muy lejos de los 50.000 que viajaban hace cinco años.

Casi 9.000 de esos 17.000 vendimiadores viajarán desde Andalucia, 3.800 de Valencia, 1.200 de Murcia, 1.000 de Castilla-La Mancha y el resto, otros 2.000, de distintas regiones.

CONDICIONES INFRAHUMANAS

Según UGT, marroquíes, polacos y portugueses se llevan ahora en masa los contratos, porque son presa fácil de las irregularidades que cometían los empresarios franceses con los españoles en el pasado en cuanto a bajos salarios y alojamiento infrahumano durante los 20 días que dura la campaña.

Precisamente, Cortés dio a conocer en la misma rueda de prensa una sentencia de los tribunales franceses que condena a los patronos galos a abonar a UGT la cantidad simbólica de una peseta por denunciar esa situación.

Además, la patronal deberá costear la inserción, en los principales diarios franceses, de anuncios que fomenten la mejora de alojamiento para los extranjeros que emplean en la vendimia.

Esta sentencia es consecuencia de una denuncia en la que se personó UGT y en la que se ponían de manifiesto las penosas condiciones en que se traladaban a trabajar los vendimiadores españoles.

FALTAN TRENES DE VUELTA

El dirigente de UGT criticó también que RENFE no haya dispuesto en la campaña de 1991, como hacía en años anteriores, trenes para facilitar el regreso de los vendimiadores a España (el viaje de ida lo paga el empresario contratante).

En su opinión, ello obligará a los trabajadore a gastar una media de 5.000 pesetas por cabeza para costar el regreso, "y teniendo en cuenta que se trasladan familias, pues el gasto ya es considerable", añadió.

Cada trabajador español que acuda a Francia este año percibirá unas 120.000 pesetas por 20 días de trabajo, si es cortador de cepa, o 150.000 pesetas, si es porteador de cestos.