Según dijo en rueda de prensa la secretaria de Salud Laboral y Medio Ambiente de UGT-Madrid, Marisa Rufino, "disponemos de grandes cantidades de agua depurada que puede ser reutilizada tras su depuración, no para consumo humano, pero sí para riego, baldeo de calles o reutilización en instalaciones industriales. Sólo se reutiliza el 0,34% del agua vertida en la Comunidad".

"Si se utilizara toda esta agua, casi se cubriría la demanda que la Comunidad de Madrid solicita a la Confederación Hidrográfica del Tajo, 450 hectómetros cúbicos (Hm3)", añadió.

En este sentido, sostuvo que "el agua está siendo una medida arrojadiza del Gobierno de la Comunidad contra el Gobierno del Estado".

Por otro lado, Rufino acusó al Gobierno del PP en Madrid de no llevar a cabo una política efectiva con respecto al agua. A su juicio, los dos Reales Decretos puestos en marcha desde 2005 han sido "puramente demagógicos", ya que no se ha reducido el consumo superfluo de agua, no se han aplicado sanciones, y no se ha llevado a cabo un control del uso del agua.

CRECIMIENTO URBANÍSTICO

Además, Rufino consideró necesario planificar el crecimiento urbanístico, de modo que se limiten las construcciones para las que no haya recursos o no pueda garantizarse el abastecimiento y la depuración de agua.

Según agregó, la Comunidad prevé edificar más 68.000 nuevas viviendas, en diferentes municipios como Guadarrama, Torrelodones o Getafe. Además, planea construir catorce nuevos campos de golf, que se sumarán a los 30 existentes. Todo ello, implicaría un aumento del consumo en cerca de 30 Hm3.

Actualmente, el consumo principal de agua, en la región, es el que se refiere al uso doméstico (aproximadamente, 346 Hm3), seguido del uso industrial (109 Hm3) y el municipal (limpieza, llenar las cerca de 3.000 piscinas que hay en la Comunidad, riego de campos de golf, parques, etcétera; y que supone 67 Hm3). Además, la red tiene pérdidas de cerca de 85 Hm3.

Desde UGT-Madrid, se defiende que hay que tomar medidas como realizar un estudio que estime con cuánta agua subterránea se cuenta, llevar a cabo campañas de concienciación ciudadana, poner en marcha políticas de utilización del agua reciclada y controlar el crecimiento urbanístico.

Además, Rufino propuso que se modifiquen las tarifas del Canal de Isabel II, de modo que no haya que pagar más por el uso doméstico, pero sí por los usos superfluos, como regar jardines o llenar piscinas. "Los madrileños no tienen por qué sacrificarse y hacer un esfuerzo en el ahorro de agua para que algunos ciudadanos disfruten de consumos no necesarios y excesivos", concluyó.