Según las centrales, varias mujeres que trabajan en una finca de Rociana del Condado fueron objeto de acoso seuxal e incluso de insultos por parte de sus propios patronos.

Aunque los sindicatos reconocen que las condiciones de residencia y trabajo de los temporeros freseros han mejorado de forma notable respecto a los últimos años, todavía se prodcen casos en los que numerosas personas han habitado en chabolas, cuadras o un campo de fútbol, como es el caso de numerosas familias portuguesas llegadas desde la región del Alentejo, frontera con la provincia de Huelva.

Unas 17.000 personas de las 35.000 que se desplazaron en los últimos meses a esta provincia para encontrar trabajo en esta campaña, no han obtenido empleo, siendo unos 40.000 los trabajadores que han participado en la actual recolección de este fruto, según estimaciones de CCOO.

La mayoría de los temporeros proceden de la provincia de Huelva, así como de otros puntos de la geografía española y andaluza, aunque un porcentaje muy elevado han llegado desde Portugal y países del Magreb.

El elevado precio del alquiler de viviendas en la mayoría de los municipios donde existen plantaciones de fresas ha originado que muchos de estos jornaleros se hayan tenido que alojar en chabolas y habitáculos de penosas condiciones o permanecer hacinados en viviendas alquiladas.

La campaña, ue se inició a mediados del pasado febrero, concluirá en las próximas semanas. Los meses de abril y mayo son los considerados como "fuertes" dentro del citado periodo. Las localidades en las que se han producido un mayor número de irregularidades denunciadas por los sindicatos son Lucena, Rociana y Moguer.