La comisaria de Medio Ambiente, Margot Wallstrom, considera que regulando este intercambio se daría un paso adelante en la consecución de los compromisos sobre gases tóxicos adquiridos en la Conferencia de Cambio Climático celebrada en Kyoto en 1997. Aun así, la comisaria ha indicado que su intención es reducir ostensiblemente el número de empresas que puedan realizar el intercambio. Esencialmente, las restricciones se aplicarían a los sectores industriales que más contaminan, como las industrias químicas inorgánicas, las fábricas de cemento, hierro y acero y las refinerías.

De ser adoptada, la medida se incluiría dentro de un programa piloto previsto para el 2005, que obligaría a que ciertas empresas disminuyeran sus emisiones tóxicas, permitindo a otras, que hubieran reducido sus emisiones por encima del margen esperado, vender sus derechos de emisión. La organización ADENA apoya la iniciativa porque pretende reducir la contaminación de las industrias que emiten más polución.