La Asociación de Organizaciones Independientes de Control de Calidad (AIC) hizo público el pasdo martes un informe según el cual la falta de controles de calidad en la construcción tiene un coste anual de 400.000 millones de pesetas por defectos en la edificación, lo que supone un 10 por ciento de la facturación total del sector.

Según la UCE, alrededor del 22 por ciento de las reclamaciones dirigidas a esta organización hacen referencia a la vivienda. Concretamente, de las 57.228 quejas y reclamaciones recibidas en el primer semestre del año, 12.432 correspondieron a esta materia.

De ells, 1.608 se referían a problemas de fiscalidad, 6.970 a dificultades surgidas en operaciones de compra venta, y 3.854 a irregularidades relacionadas con los arrendamientos de pisos.

Para la UCE, la Ley de Garantías de la Edificación debe recoger un seguro obligatorio que durante el período de garantía de la vivienda cubra las reparaciones e indemnizaciones derivadas de los defectos o desperfectos que ocurran en las viviendas.

También pide que esta normativa establezca con carácter obligatorio la mplantación de un libro del edificio en el que figuren las características esenciales del inmueble (instalaciones, materiales, planos y otras) y el mantenimiento que deben efectuar los propietarios de las viviendas y edificios.

Además, la UCE exige la creación de una Inspección Técnica de la Edificación que haga un seguimiento del estado y características del parque inmobiliario, con el fin de prevenir la posible degradación de los edificios por el paso de los años o por la utilización de materiales otécnicas que con el tiempo puedan entrañar algún riesgo.

RECLAMACIONES SOBRE VIVIENDA

Según la UCE, al igual que en años anteriores, las reclamaciones sobre vivienda fueron las más numerosas del total de quejas recibidas en 1991.

La principal causa de estas reclamaciones fue la relacionada con la compraventa de viviendas, y dentro de ellas, las motivadas por problemas de mala ejecución o construcción.

La UCE explica que la mayoría de los problemas surgen cuando el propietario entrega la viienda al comprador, y éste comprueba que está mal acabada y que la calidad ofertada no coincide con la que le han entregado.

De acuerdo con esta organización de consumidores, también son frecuentes las quejas durante los primeros años desde la adquisición de la vivienda, cuando aparecen grietas, humedades y graves desperfectos que en muchos casos impiden su habitabilidad.