El análisis efectuado sobre los tubos de reserva (los que están fuera de servicio) demostró la existencia de más de 170 grietas, alguna de las cuales atravesaba la pared del tubo.

Aquilino Rodríguez aseguó que a pesar del importante número de grietas que han aparecido en los alojamientos de reserva, los tubos que resultan "vitales" para el funcionamiento de la central, al menos los doce inspeccionados, están en buen estado.

De los diecisiete tubos con barra de control sólo se han podido analizar por el exterior doce, ya que los otros cinco no son accesibles. No obstante, la semana que viene se procederá a la revisión interior de los diecisiete alojamientos.

Según Aquilino Rodríguez, "lo important no es tanto el número, sino el tipo de grieta que se encuentre, la profundidad, la orientación o la longitud".

Tras la revisión de algunos de los alojamientos con barra de control, el subjefe de la central nuclear expresó su confianza en que no sea necesario cambiar la tapa de la vasija, ya que de darse esta situación, la central tendría que estar inactiva durante más de un año.