Jiménez participó en el Fórum Europa, organizado por Nueva Economía Fórum, y se refirió al futuro de Cuba tras la reaparición de Fidel Castro y a la estrategia que pueda desplegar España para favorecer la democratización en la isla.

En este sentido, reiteró su convicción de que el futuro de Cuba será el que decidan sus ciudadanos, y que "cualquier intento de cambiar ese rumbo, ese ritmo, desde fuera, podría provocar problemas que el Gobierno español nunca quisiera que se provocaran".

Si algo ha quedado demostrado con la historia, dijo Jiménez, es que "las injerencias externas no conducen a nada". Eso no impedirá, precisó, que España esté "al lado" de Cuba "si así se nos pide".

Jiménez dejó claro que España nunca adoptará decisiones "unilaterales", porque siempre preservará el respeto por el rumbo que elijan los cubanos. Lo que España y Cuba hablen en una hipotética colaboración, "quedará en el ámbito de la discreción".

La secretaria de Estado explicó que pretende haber hecho al menos una visita a todos los países iberoamericanos, también Cuba, antes de seis u ocho meses, para garantizar una relación fluida con todos ellos.

En el marco de ese objetivo más amplio, explicó que irá a Cuba "con toda normalidad", como a todos los demás países, con la intención de garantizar una interlocución "privilegiada" de España con Iberoamérica.

El respeto por los gobiernos iberoamericanos y las decisiones que legítimamente adopten cada uno de ellos es uno de los ejes que Trinidad Jiménez expuso de su relación con América Latina, como vía para garantizar una buena relación bilateral con todos los países.

Lo que España pretende, explicó, es que Iberoamérica juegue el papel que le corresponde en la esfera internacional, con una voz potente en el diálogo multilateral. Para ello, defendió el sistema de cumbres, como la que se celebrará el próximo fin de semana en Uruguay.

En "enorme respeto" de España por las decisiones adoptadas por cada gobierno llevó a Jiménez a no valorar las revueltas en México, ni a opinar sobre cómo se podrían haber evitado.

Jiménez sólo expresó su deseo de que las autoridades mexicanas tengan "la sensibilidad suficiente" para negociar con las partes y superar la actual situación, que está deteriorando la imagen del país en el exterior y dañando a sus propios ciudadanos.