TRINIDAD JIMENEZ (PSOE) ABOGA POR "REIVENTAR LA POLITICA" PARA QUE SEA CAPAZ DE GOBERNAR LA GLOBALIZACION

MADRID
SERVIMEDIA

La secrearia de Política Internacional del PSOE, Trinidad Jiménez, alertó hoy de que la política es el único instrumento capaz de gobernar la globalización, atenuando sus efectos negativos y aprovechando sus potencialidades, pero para ello debe ser "reinventada", adaptada a los cambios.

En un coferencia sobre "Política y Ciudadanía: la voluntad de gobernar la globalización" pronunciada en el "Club Siglo XXI", Jiménez juzgó imprescindible la participación ciudadana en las decisiones políticas y señaló como ámbito idóneo para ello la ciudad.

Comenzó su alocución subrayando que la humanidad vive en este momento no sólo un cambio de era, sino la apertura de un "espacio de oportunidad y riesgo" que provoca inevitablemente temor a lo desconocido, pero que también ofrece enormes posibilidades para uchar contra las desigualdades.

Pero para aprovechar estas oportunidades, advirtió, la política debe cambiar al mismo ritmo que el resto de la realidad, debe ser "reinventada" y definir instrumentos que permitan a los ciudadanos participar en todos sus niveles, desde el local hasta el supranacional.

La dirigente socialista sugirió en este punto que la Unión Europea puede servir de ensayo para la gobernabilidad internacional, al ser ejemplo de cómo los estados ceden competencias a otras instancias coordinan sus políticas y ofrecen soluciones que afectan al conjunto.

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"Al contrario de lo que opinan algunos analistas, la transferencia de soberanía a organismos supranacionales como la Unión Europea, no supone debilidad del Estado ante su ciudadanía, ni siquiera pérdida de poder. Se cede soberanía para compartirla, ganando potencia y eficiencia. Si Europa realmente aspira a ser un poder relevante en el escenario de la globalización, a contribuir a la gobernabilidad del mundo, dbe caminar en esta dirección", sentenció.

En esa situación, el Estado debe preservar siempre una función básica, como es la coordinación de las competencias que descentraliza, para garantizar la igualdad de oportunidades de sus ciudadanos.

Trinidad Jiménez se mostró convencida de que cada vez hay más decisiones que deben ser tomadas en el espacio supranacional, y eso provoca las resistencias de los ciudadanos, que no encuentran una forma clara de participación en estas decisiones.

Esto, unid a que cada vez van a existir más derechos "globales" no vinculados a un territorio concreto, hace necesario, desde su punto de vista, definir desde la política qué es ser ciudadano global, para abrir esos canales de participación.

De la apertura de esos canales depende, en gran medida, que la globalización sea incluyente o excluyente, y es la política la que debe abrirlos. Detrás de las protestas contra la globalización, aseguró, se reclama una normativa global que atenúe los efectos negativos y avane en la construcción de una nueva ciudadanía.

De forma paralela a la cooperación entre Estados, Jiménez consideró que este proceso requiere la implicación de la sociedad civil, y ambos mecanismos deben ser regidos por la política, como único instrumento, desde su punto de vista, capaz de gobernar la globalización en todos sus ámbitos.

VALENTIA Y SENSIBILIDAD

"La política tiene que recuperar su auténtica dimensión creativa para ordenar los cambios que se están produciendo. Hay que mostrar algo ms de valentía, de capacidad para asumir riesgos, estar atentos, ser sensibles al estado de ánimo de los ciudadanos. Saber qué les preocupa, cuáles son sus inquietudes, qué les moviliza, y ofrecerles un espacio para su participación", enfatizó.

Trinidad Jiménez precisó en este punto que esta reflexión es tanto una autocrítica como un estímulo, porque es consciente de que los partidos "no hemos reaccionado con la prontitud, inteligencia y flexibilidad que exige la situación".

"Los responsables políicos deberíamos tener muy claro cuál es el escenario en el que vamos a tener que actuar, de lo contrario los cambios se producirán al margen de la política, con los riesgos que conlleva la falta de control y la ausencia de reglas que protejan los derechos de las personas".

El fenómeno de la globalización requerirá además, desde su análisis, una reforma de las instituciones y de los organismos internacionales, sin excluir la posibilidad de crear algunos nuevos, así como el reforzamiento de los partidospolíticos transnacionales.

Mientras no se acometa esta reinvención de la política, concluyó, "estamos desaprovechando unos espacios fundamentales para la acción y participación política a nivel global, estamos perdiendo una oportunidad de que los ciudadanos tengan un instrumento útil y ágil que contribuya a la conformación de la "voluntad internacional".

(SERVIMEDIA)
07 Feb 2002
CLC