Trillo, que no estaba convocado a la comisión, se presentó esta mañana en el Congreso e intervino apelando a su derecho a la defensa. El presidente de la comisión, el socialista Joaquín Leguina, le permitió hacer uso de la palabra, en contra de la opinión expresada por el PSOE y ERC.

En su intervención, el ex ministro popular aseguró que ibahacer revelaciones desconocidas hasta el momento y que había mantenido en secreto por "respeto" a las Fuerzas Armadas y para no dañar al Estado.

Sin embargo, sintiéndose atacado, aseguró en varias ocasiones que "no voy a callar" y acto seguido recordó que su sucesor, José Bono, se comprometió ante el Congreso a depurar las reponsabilidades a que hubiera lugar en el seno de las Fuerzas Armadas.

Dijo que Bono ha incumplido su palabra, puesto que tanto el entonces jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Juan Luis Ibarreta, como el jefe de la División de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa, el vicealmirante José Antonio Martínez Sáiz-Rozas, continúan en activo pese a tener responsabilidades directas sobre la gestión y realización del vuelo.

Trillo desveló, además, a la comisión que "el directo escalón responsable de los vuelos de sostenimiento para Afganistán -como el del Yak-42- era el jefe del Estado Mayor del Mando Aéreo de Levante, el general Gómez Arruche, director de la Guardia Civil con este Gobierno".

Aseguró que su intención inicial era no desvelar este tipo de información, máxime cuando Bono le había garantizado que la polémica sobre el accidente del Yakovlev no volvería a debatirse en el Parlamento, compromiso que Trillo consideró hoy roto.

LAS FUERZAS ARMADAS "ME DEJARON SOLO"

En una intervención agria, durante la cual el ex ministro popular bebió agua de manera copiosa y golpeó la mesa en reiteradas ocasiones, acusó a los grupos proponentes de erigirse como "tribunal de la inquisición", y ante ello pidió ejercer "mi derecho a ser oído, que es un derecho que asiste a todos, incluso a quienes ustedes consideran un miserable".

Insistió en que su silencio ha sido interpretado como "un temor, una ocultación o un deseo de hacerme perdonar", pero aseguró que estuvo motivado por "respeto a la dignidad de las Fuerzas Armadas, por las que yo he dado la cara, aunque luego me dejaran sólo".

Además, Trillo hizo un alegato jurídico sobre el derecho del Parlamento a revisar la actuación de gobiernos anteriores y en contra del control de las mayorías sobre las minorías cuando éstas han perdido unas elecciones.

A su juicio, hay "una grave perversión" del principio parlamentario de control y del "funcionamiento democrático" cuando es "la mayoría la que ejerce el control sobre la minoría".

Ello implica, según su punto de vista, la apertura de un "proceso de revisión" de la mayoría anterior cuando "la máxima instancia" que debe juzgar su actuación es "el cuerpo electoral" que ya ha aplicado "la máxima sanción", que es la derrota electoral.

En ese sentido, advirtió de lo peligroso que puede ser un proceso que permita reprobar la actuación de Gobiernos anteriores. Dirigiéndose al Grupo Socialista, les espetó que cuando el PP llegó al Gobierno no actuó de manera revanchista y ni, por ejemplo, facilitó documentos clasificados sobre la lucha antiterrorista o los fondos reservados.