El Alto Tribunal ha tenido que pronunciarse sobre tan pintoresco asunto porque la decisión de Austria de prohibir la venta de chicle sin envasar en máquinas expendedores había sido denunciado como un acto contra la libre circulación de mercancías en la UE.

La denuncia fue planteada por un tal Georg Schwarz,después de que el Ayuntamiento de Salzburgo le sancionara por vender chicle no envasado, algo que el denunciante estimó contrario al derecho comunitario y al libre mercado.

Por contra, el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas entiende que dicha prohibición está justificada, al constituir una medida adecuada y proporcionada para proteger la salud pública.

La sentencia recuerda que se ha comprobado que, en las máquinas expendedoras, los artículos de confitería no envasados están expuestos tanto a gérmenes patógenos procedentes de los consumidores como a la humedad y a los insectos, según señala la nota del Alto Tribunal.