Los empresarios centrarán sus críticas en el aumento de la fiscalidad, con especial referencia al Impuesto de Actividades Económicas que, según Cepyme, recaudará medio billón de pesetas más que los tributos a los que sustituye.

Cepyme también protestará por los retrasos en los pagos de la Administración a sus poveedores, que ascienden a dos billones de pesetas, por entender que están llevando al borde de la quiebra a muchas empresas que no pueden esperar durante meses para cobrar.

Esta organización patronal entiende que las empresas españolas no pueden competir con las europeas en condiciones de igualdad a partir del 1 de enero de 1993, porque tienen costes fiscales y crediticios más elevados.

Otro motivo de crítica para Cepyme será la subida de las cuotas a la Seguridad Social y el traspaso del pago d la Incapacidad Laboral Transitoria, medidas que los pequeños y medianos empresarios consideran especialmente inadecuadas en un momento de crisis.

Por todas estas razones, Cepyme considera que, en la negociación colectiva de 1993, las pequeñas y medianas empresas sólo podrán ofrecer algún incremento salarial cuando los trabajadores acepten a cambio mejoras en la productividad y en el absentismo laboral.