El año pasado, los agentes de la Guardia Civil pusieron 91.735 denuncias más que en 1992, lo que significó un aumento del 3,2 por ciento. Ese año el número de conductores multados se situó en un total de 2.867.795 personas.

Por provincias, fue en Barcelona donde más denuncias tramitó la Guardia Civil, un total de 329.083, cifra bastante inferior a las 389.583 multas impuestas el año anterior e las carreteras de esta provincia. En segundo lugar se situó Madrid, con 268.422 multas, 3.981 menos que en 1992.

También fue importante el número de denuncias de tráfico que puso la Guardia Civil en las provincias de Sevilla (152.003), Valencia (115.885), Alicante (90.490), Murcia (83.121), Toledo (76.629), Málaga (75.388), Jaén (71.949), Granada (64.782), Asturias (64.531) y La Coruña (63.445 multas).

Le siguen Tarragona, con 62.968 conductores multados, Cádiz (59.432), Las Palmas (58.275), Gerna (58.187), Navarra (57.742), Pontevedra (54.611), Santa Cruz de Tenerife (54.491), Baleares (54.534), Huelva (53.975), Badajoz (53.963), Valladolid (52.954) y Córdoba (52.204 denuncias).

1993 ha sido el primer año completo que ha estado en vigor el nuevo Reglamento General de Circulación, que ha introducido importantes novedades y ha supuesto un endurecimiento de las sanciones a los conductores que cometan infracciones de tráfico.

Entre las variaciones de este Reglamento figura el aumento en 20kilómetros de la velocidad máxima permitida en las autovías, que ha pasado de 100 a 120 kilómetros, aunque este máximo de velocidad no podrá ser rebasado en los adelantamientos.

Otras novedades que entraron en vigor en junio de 1992 fueron la prohibición de avisar con ráfagas de luz a otros conductores de la presencia de la Guardia Civil y de llevar en los vehículos aparatos detectores de radar, infracciones que pueden ser sancionadas con multas de hasta 15.000 pesetas.