De esta forma se cierra la crisis institucional abierta en la Comunidad Foral al descubrirse que el socialista Otano fue titular de una cuenta en Suiza. Esta renuncia, presentada el pasado 18 de junio, desencadenó el fin del Gobierno tripartito conformado por PSN-PSOE, el CDN de Juan Cruz All y Eusko Alkartasuna.

A partir de entonces se puso en marcha el largo y controvertido sistema de elección de presidente de Navarra, que, como en ocasiones anteriores, llevará a la jefatura del Ejecutivo foral al candidato de la lista más votada.

Tras los pasados Sanfermines, Miguel Sanz se sometió a un proceso de investidura en el Parlamento. La Cámara, por cuatro votaciones, rechazó su nombre, ya que el líder de UPN sólo contó con los 17 votos de su propio grupo, frente a un total de 50 escaños. A partir de ese momento, la presidenta del Parlamento, Lola Eguren, ha mantenido en las últimas semanas un total de once encuentros con los dirigentes de las fuerzas políticas para intentar encontrar otro candidato que, al menos, tuviera el mismo número de apoyos que Sanz.

Pese a las peticiones hechas por CDN, EA e IU para reeditar un gobierno de coalición alternativo al de UPN, la firme decisión de la gestora del PSN-PSOE de pasar a la oposición parlamentaria ha imposibilitado esta iniciativa. Una vez agotados los plazos establecidos por la ley, Eguren ha propuesto hoy al Rey el nombre de Miguel Sanz como presidente del Gobierno de Navarra, en su calidad de cabeza de la lista más votada en las últimas elecciones.

La designación será publicada mañana en los boletines oficiales del Estado y de Navarra y, seguidamente, tendrá lugar el acto de toma de posesión, al que también han sido invitados varios presidentes autonómicos. Al día siguiente prometerán o jurarán sus cargos los nueve consejeos forales del Gabinete regionalista.