En lo que todos los sectores parecen estar de acuerdo es en la designación de una dirección representativa y proporcional a su peso dentro de la organización, que evite en lo posible los enfrentamientos fratricidas de los últimos años.

Lo que está descartado es una dirección colegiada como había propuesto el PCE, cuya enmienda en ese sentido fue rechaza por el plenario. Queda también por dilucidar las competencias del nuevo coordinador general, que podría ver mermadas su atribuciones.

Las votaciones de esta madrugada han puesto en evidencia queel PCE, aún siendo mayoritario, no cuentan con apoyos suficientes para designar a un nuevo coordinador por su cuenta y que todos aspiran a estar representados en la futura dirección de la coalición.

A la hora de distribuir esta información, los tres sectores con más apoyos seguían apostando por defender sus propias candidaturas, que deberán formalizarse mañana las 10.00 horas, como plazo tope.

Sus cabezas visibles y candidatos a ser coordinador general sonInés Sabanés, del sector "llamazarista"; Cayo Lara, apoyado por el PCE, y Joan Josep Nuet, que lidera la denominada "Tercera Vía" o "Nacional II".

También se espera una cuarta candidatura encabezada por el parlamentario andaluz Juan Manuel Sánchez Gordillo. La sorpresa de esta madrugada ha sido la posible presentación de una quinta candidatura, que al filo de la media noche había conseguido los avales necesarios para formalizarse antes de las 10 del domingo.

Se trata de un grupo crítico del PCE en el que hay representantes de las delegaciones de Navarra, País Vasco, Murcia, Extremadura, País Valenciano, Madrid, Suiza y Bélgica. Estas dos últimas listas son muy minoritarias y apenas tienen posibilidades de influir en el resultado final de la Asamblea.

Mientras el PCE insisten en restar importancia al hecho de que la IX Asamblea de IU termine sin un coordinador general, los "llamazaristas" y la "Tercera Vía" están empeñados en lograr un acuerdo para que el cónclave de la coalición termine con la elección de un nuevo coordinador.

El argumento de los comunistas es que no se debe cerrar "en falso" esta crisis interna, porque una solución provisional no permitiría el relanzamiento político que necesita la coalición.