A juicio de los expertos, el número de pacientes diabéticos que llegan a entrar en programas de diálisis y trasplante renal está aumentando en todo el mundo, lo que constituye un importante problema socioeconómico y sanitario.

"El 40 por ciento del total de los pacientes diábeticos tipo I o insulinodependientes y entre un 20 y un 50 por ciento de los pacientes diabéticos tipo II o no insulinodependientes llegan a padecer una insuficiencia renal como consecuencia de la enfermedad diabética", afirmó el doctor Luis Miguel Ruilope, jefe de la Unidad de Hipertensión Arterial del Hospital Doce de Octubre de Madrid.

Dado el impacto clínico, sociosanitario y económico que se deriva de la diabetes, la OMS ha declarado a esta enferedad objetivo prioritario de investigación, recomendando la realización de registros de incidencia y prevalencia de esta patología y de la nefropatía diabética.

En este sentido, en la reunión se presentarán los estudios Diamante y Prodiam II que estudiarán por primera vez en España la prevalencia de enfermedad renal en los pacientes diabéticos. En ellos participan nefrólogos, endocrinólogos, expertos de diabetes y médicos de atención primaria de todo el territorio nacional, con la colaboración de Brisol-Myers Squibb.

Según el doctor Ruilope, "si el deterioro renal no se trata adecuadamente, un 40 por ciento de los pacientes tipo I y aproximadamente un 25 por ciento tipo II acabarían en diálisis ( con un coste de 2,5 millones por paciente y año) o trasplante (alrededor de 2 millones durante el primer año más los costes de medicación posterior), sin considerar el caso de que no fallecieran antes como consecuencia de algún problema".

En su opinión, la mejor manera de detectar de modo precoz la isuficiencia renal en la población diábetica es la medida de la excreción urinaria de albúmina. "Su detección debería ir seguida de tratamiento para prevenir o relantizar el consiguiente desarrollo de nefropatía".