Los autores de la investigación analizaron los efectos sobre la salud mental de los adolescentes de la hora a la que se iban a dormir, y, para ello, estudiaron los datos aportados por encuestas sobre los hábitos de este segmento de población realizadas por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, según sus siglas en inglés) en los que participaron cerca de 15.700 jóvenes y sus padres.

De este análisis, los autores del estudio concluyeron que los adolescentes de 11 a 19 años que se van a la cama pasadas las 12 de la noche duermen una media de 7,30 horas en días laborales y tienen un 42% más de posibilidades de tener depresión, y un 30% más de experimentar pensamientos suicidas, que los que se acuestan entre las 9 y las 10 de la noche, que descansan 8 horas y 10 minutos de media.

Según James Gangwisch, que ha liderado la investigación, los adolescentes precisan dormir unas nueve horas, y es necesario que sus padres les hagan comprender la importancia para su salud de que descansen lo suficiente .