Según confirmaron hoy testigos del suceso, el viaje fue entre Gran Canaria y Fuerteventura en un modelo de avión en el que caben sólo unos50 pasajeros.

A pesar de las protestas, los viajeros tuvieron que compartir la cabina de pasaje con el ataud debido a que la escasa capacidad del espacio de carga aconsejó a la tripulación a recurrir a los pasillos.

Las mismas fuentes denunciaron situaciones similares en las últimas semanas, en los viajes con las islas orientales desde que la compañía aérea Binter, filial de Iberia, se hizo cargo de los vuelos interinsulares entre Gran Canaria y varias islas, que cubre con dos modelos de avión, e mayor de los cuales tiene una capacidad de 70 plazas.

El espacio reducido para la carga está obligando a dejar mercancia en tierra, incluidos medicamentos para las farmacias y hospitales de las islas menores.

Según denunciaron las instituciones de Fuerteventura y Lanzarote, el desabastecimiento de medicinas y otros productos esenciales que sufren obedece a esa falta de capacidad de los aparatos.

También el traslado de los periódicos forma parte del anecdotario de esos servicios aéreos internsulares, ya que tienen que ir en el primer vuelo de la mañana bajo los asientos de los pasajeros porque no caben en la bodega.

Para empeorar la situación, ayer, jueves, uno de los motores del vuelo 236 entre Gran Canaria y Fuerteventura sufrió una avería y muchos pasajeros reaccionaron con síntomas de histeria.

El comandante, una vez en tierra y al observar un sobrecalentamiento del motor, ordenó el abandono inmediato de la nave, lo que provocó empujones y un susto importante entre la mayoría delos viajeros.

Las instituciones políticas de la isla de Fuerteventura han convocado una manifestación para el próximo día 22, con el fin de reclamar vuelos de mayor capacidad con el resto de islas.