El documento elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente expone la situación ambiental española a través de distintos indicadores y tablas con el objetivo de ofrecer, de una forma asequible y rigurosa, la mejor información disponible sobre el estado del medio ambiente, los recursos naturales y las repercusiones ambientales de los principales sectores productivos en España.

En la presentación, el responsable de Cambio Climático reconoció que el estudio ofrece un escenario de "luces y sombras" donde el transporte aparece como "el principal elemento de insostenibilidad del país". "Las emisiones del transporte han crecido de forma dramática", lamentó, "y es el principal elemento que dificulta a España cumplir con Kioto".

Según dijo, la demanda de transporte de mercancías y de pasajeros crece por encima de la media europea. Así, entre 1990 y 2003 el transporte de pasajeros se incrementó cerca del 84% y el de mercancías hasta un 99%. Además, en la actualidad predominan los modos más perjudiciales de viajar, es decir, el transporte por carretera y el avión, frente al ferrocarril o el transporte marítimo.

También el parque automovilístico crece de forma "impresionante", si bien se reduce el número de turismos por hogar, motivado por el aumento de hogares con un menor número de inquilinos.

MÁS GENTE EN MENOS ESPACIO

Otro desafió que subraya el infome se refiere al aumento de las aglomeraciónes urbanas y la ocupación del litoral. El 79% de la población y el 78% de las viviendas principales se concentran ya en el 12% de los municipios, con una superficie del 19% del territorio.

A la vez que aumenta el tamaño de las aglomeraciones urbanas y de la ocupación del litoral, cada vez hay más residuos. Dentro de estos últimos, los residuos domésticos se incrementaron un 17% entre 1998 y 2003 y alcanzan una tonelada y media por hogar y año.

Otros indicadores destacan la significativa reducción de la capacidad de pesca de la flota española y de las capturas y una reanudación de la entrada de turistas en España tras la inflexión registrada en 2005. En este apartado también preocupa que la llegada del turismo sea fundamentalmente por carretera y avión, los medios más perjudiciales para el medio ambiente.

Un repunte en el número de visitas a los parques nacionales y naturales; un crecimiento en la cantidad de espacios naturales protegidos; el avance en la depuración de aguas residuales, o el incremento en el uso de fuentes de energía renovables, son algunas de las "señales para la esperanza", que conviven con otros problemas específicos del territorio como las sequías, los incendios o la erosión.

CRECER REDUCIENDO LOS IMPACTOS

Para la ministra de Medio Ambiente, conocer estos indicadores es la base para poder poner en marcha políticas públicas que ayuden a reorientar la situación. "Es una herramienta para la acción política y para la implicación de los ciudadanos", señaló.

En su opinión, este documento refleja "algunas" tendencias positivas que deben confirmarse en 2006, como la desaceleración del consumo de energía, "que sería una maravillosa noticia", como también lo es el aumento de espacios protegidos y el crecimiento de las energías renovables o de los sistemas de gestión ambiental.

La ministra repasó las políticas puestas en marcha por su departamento para corregir las tendencias más negativas. "Nos queda mucho por hacer en las peores tendencias" y por corregir "un modelo de crecimiento excesivamente vinculado a la destrucción del medio ambiente y de los ecosistemas", reconoció.

No obstante, mostró su confianza en que "los desafíos se resuelvan positivamente y podamos acercarnos a pautas de desarrollo más sostenibles". "Podemos crecer reduciendo los impactos negativos", concluyó.