Salud y medio ambiente

La transmisión de la malaria bajará en África por el cambio climático

- Según un estudio con modelos ambientales e hidrológicos

MADRID
SERVIMEDIA

La transmisión de la malaria comenzará a disminuir a partir de 2025 en África debido a condiciones cálidas y secas provocadas por el cambio climático.

Esa es la conclusión de un estudio realizado por siete investigadores pertenecientes a instituciones de Reino Unido o Namibia y publicado este jueves en la revista ‘Science’.

La malaria es una enfermedad transmitida por vectores sensibles al clima que causó cerca de 608.000 muertes y 249 millones de casos en 2022. El 95% de los contagios mundiales se notifican en África, pero las reducciones de casos allí se han desacelerado o incluso revertido en los últimos años.

Los modelos empleados en el último estudio indican que las áreas en riesgo de transmisión de malaria comenzarán a disminuir a partir del próximo año en África, desde el oeste hasta el este pasando por Sudán del Sur.

El enfoque del nuevo estudio captura características hidrológicas que generalmente se pasan por alto, con modelos predictivos estándar de transmisión de malaria, con lo que ofrece una visión más matizada sobre los esfuerzos de control de la malaria en un mundo en calentamiento.

LUGARES SENSIBLES

Además, muestra que los cambios en la idoneidad de la malaria se observan en diferentes lugares y son más sensibles a las futuras emisiones de gases de efecto invernadero de lo que se pensaba anteriormente.

Por ejemplo, las reducciones proyectadas en la transmisión de la enfermedad en toda África occidental son más extensas que lo que sugieren los modelos basados ​​en las precipitaciones y se extienden hasta el este de Sudán del Sur, mientras que ahora se considera que los aumentos proyectados en Sudáfrica siguen cursos de agua como el río Orange.

“Esto nos dará una estimación físicamente más realista de dónde en África mejorará o empeorará la malaria en África”, apunta Mark Smith, profesor Mark Smith, profesor asociado de investigación del agua en la Facultad de Geografía de Leeds (Reino Unido).

La mayor parte de la carga de la malaria recae en las personas que viven en países de ingresos bajos y medianos en África, donde la infraestructura de salud está incompleta y los programas de control de la malaria se han estancado en los últimos años.

Debido a que se transmite por mosquitos, la malaria también es una de las enfermedades más prominentes sensibles al clima. Por ejemplo, los cambios en las precipitaciones podrían expandir o restringir el rango geográfico de los mosquitos y la disponibilidad de agua estancada que necesitan para reproducirse, especialmente en África, donde el clima ya está cambiando rápidamente.

OTRO MÉTODO

Sin embargo, la mayoría de los intentos de predecir el impacto del cambio climático en la malaria solo han representado el agua superficial utilizando la precipitación e ignoraron otras características hidrológicas importantes, como el flujo de los ríos.

En lugar de depender de un solo modelo, Smith y sus colaboradores aplicaron un conjunto de modelos hidrológicos y climáticos globales para predecir la transmisión de paludismo en África a escala continental.

Incorporaron métricas hidrológicas como el escurrimiento superficial y la evaporación, y prestaron una especial atención a áreas densamente pobladas cerca de redes fluviales a gran escala como el Nilo.

En comparación con los modelos basados en precipitaciones, el método del conjunto predijo que estos cambios en el área serán más generalizados y sensibles a los diferentes escenarios futuros de emisiones de gases de efecto invernadero.

(SERVIMEDIA)
09 Mayo 2024
MGR/clc

Palabras clave