Según la citada organización ecologista, los resultados de recientes trabajos de investigación indican que las toxinas Bt producidas por las variedades Bt de maíz pueden afectar a insectos beneficiosos y acumularse en el entorno.

Además, señalan el impacto ecológico de la probable aparición de resistencia al Bt entre los insectos-plaga y la posibilidad de resistencia a antibióticos del maíz a bacterias patógenas, inutilizando el antibiótico ampicilina, que utiliza el ser humano como edicamento.

Por todo ello, Ecologistas en Acción pide la anulación de la inscripción de este maíz en el Registro de Variedades de Plantas, pues la orden del 23 de marzo de 1998 recoge la posibilidad de anular la inscripción de una variedad, "si se comprueba durante el plan de seguimiento que existen riesgos para la salud humana o para el medio ambiente".

Tanto Ecologistas en Acción como ACSUR-Las Segovias, Plataforma Rural, la Asociación Vida Sana, la Confederación Española de Consumidores y Usuaios (CECU), la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Amigos de la Tierra y Entre Pueblos demandan la suspensión de los permisos condcedidos para los cultivos transgénicos autorizados y una moratoria para las nuevas autorizaciones en una aplicación estricta del principio de precaución.

Dichas organizaciones insisten en que esto debe hacerse así "para no convertir la biosfera en un laboratorio de alto riesgo y a los consumidores en cobaya del experimento".