En declaraciones a Servimedia, Arnaldo argumentó que el automovilista no calibra adecuadamente cuándo puede sobrepasar la tasa de alcohol permitida, lo que supone un riesgo.

"Creo que es más positivo el mensaje de indicarle que cuando se pone delante del volante no puede beber absolutamente nada, que dejar ese margen de permisividad", indicó.

A su juicio, establecer una determinada tasa de alcoholemia puede provocar que cuando un conductor entiende que existe un mínimo permitido, no perciba de manera adecuada la ingesta de alcohol.