Tras tomar posesión de su cargo, Gómez desgranó ante los periodistas sus prioridades al frene de la Secretaría General de Empleo.

Trabajo hará una política "dialogada y consensuada" con empresarios y sindicatos, con el objetivo básico de avanzar en una reducción "paulatina" de la temporalidad, pero preservando el ritmo de creación de empleo del que ha gozado la economía española en el último ciclo económico.

"Lo más importante es que nuestra economía siga produciendo empleo a buen ritmo", ya que España sigue siendo el país con un nivel de paro más alto de toda la UE.

El segundo ejede reformas del Gobierno del PSOE pasa por la modernización de los servicios públicos de empleo, tanto el nacional como los autonómicos, con el fin de que se conviertan en un verdadero intermediador entre oferta y demanda de trabajo.

Los servicios de empleo deben "modernizarse" y contar con mejores medios, para lo cual es "esencial" dotarlos de más recursos tanto humanos como materiales.

El tercero de los puntos en que incidirá el departamento que dirige Jesús Caldera será la lucha contra la sinistralidad laboral, cuestión en la que España ocupa también el peor puesto de la UE. "Queremos reducir ese nivel en colaboración con los agentes sociales", para lo cual se tomará como medida el reforzamiento de la Inspección de Trabajo.

Valeriano Gómez ahondó en lo anunciado ayer por Caldera y apuntó que hace falta cambiar el patrón de crecimiento económico, dotando a las empresas de más capacidad de desarrollo y competencia.

El secretario general de Empleo considera el diálogo social como una heramiento "insustuible" que "queremos preservar". Eso no significa "que no vayamos a hacer nada", sino que se incentivará la consecución de espacios de entendimiento entre empresarios, sindicatos y Gobierno.

Gómez quiere, ademas, mejorar la articulación de la negociación colectiva, aunque respetando el marco de autonomía de los agentes sociales en esta materia.