Los operarios de Ikusi calificaron las declaraciones de Olarra de "calumnia pública vergonzosa", y aseguran que sus afirmaciones son falsas porque "ningún bien nacido arremete ontra alguien que esté sometido a tortura durante 102 dos días de secuestro, privado de toda posibilidad de defensa".

El miembro de HB acusó el pasado domingo a Ikusi de vender tecnología al Ministerio y a la Consejería de Interior para "la degradación humana en la vida de los presos políticos vascos", responsabilizando de ello, indirectamente, a Julio Iglesias Zamora, al que acusó de estar lejos "de responder a la imagen de trabajador ejemplar que se quiere vender".

Los empleados de Ikusi responieron que el uso que se haga de esos productos no depende de ellos, sino de quienes los compran y utilizan.

Ante esto, compararon sus declaraciones diciendo que "es como acusar de colaborador en el secuestro de Julio a los fabricantes del coche que emplearon sus secuestradores".

Asimismo, añadieron que "el éxito de Ikusi no depende de lo poquísimo que han comprado las consejerías o los ministerios, pero el fracaso de las grandes inversiones y de los puestos de trabajo de Ikusi -donde conviven tods las opciones sindicales y políticas- sí puede depender del secuestro de Julio y del acoso al que le quieren someter sus encubridores".

En la misiva, rechazan el ataque de Olarra al ingeniero vasco y le recuerdan que no ha convivido con él, reiterando que "Julio es un trabajador ejemplar y buena persona. Julio da el callo, curra y mete horas como nadie, y además es un gran compañero".

La carta fue leída después de la manifestación convocada por los compañeros de Julio Iglesias, que viene siendo abitual todos los jueves desde el pasado día 5 de julio en que fue secuestrado.

Los manifestantes recorrieron las calles donostiarras que separan el domicilio del secuestrado y la plaza de Guipúzcoa, en el centro de la ciudad, y entre ellos se encontraban los portavoces de la Comisión de Industria del Senado que acudieron a San Sebastián para solidarizarse con toda la sociedad vasca contra la violencia y, en especial, con la familia de Julio Iglesias y sus compañeros de trabajo.

Los manifestantesguardaron diez minutos de silencio, tras los cuales, los miles de personas allí reunidos prorrumpieron en aplausos después de escuchar el escrito de los miembros de Ikusi al dirigente de HB.