Este retraso es debido a la grave crisis que desde hace unos años vive la compañía en todo el país y, especialmente, en la provincia onubense, donde e podría traducir en los próximos meses en una reducción de la plantilla, formada por unos 1.100 trabajadores.

Los empleados de Fesa también han distribuido comunicados por la práctica totalidad de las barriadas de la capital onubense, en los que detallan la crítica situación que atraviesa la empresa.

Además, anunciaron para el próximo lunes una manifestación y no descartan convocar nuevas y más duras movilizaciones en caso de que no sean atendidas sus demandas.

Por otro lado, Sevillana de Eectricidad estudia la posibilidad de cortar parcialmente el suministro de energía a las fábricas de Fesa. Este corte se realizaría desde instalaciones exteriores, ante la negativa de los trabajadores a que operarios de la compañía eléctrica entrasen el pasado lunes en las plantas.

La decisión de interrumpir el fluido eléctrico a Fesa se debe al impago y a la deuda contraída por el grupo empresarial con Sevillana de Electricidad, que asciende a unos 1.200 millones de pesetas.

Mientras algunos de ls trabajadores de Fesa aseguran estar "al borde del hambre física" por no percibir sus salarios, Fesa dice que no dispone de recursos económicos suficientes para hacer frente a la delicada situación.