La Consejería valenciana de Trabajo confirmó ayer un acuerdo entre los acreedores de la firma valenciana, con un 65 por ciento de ellos a favor, para el levantamiento de la suspensión de pagos ejecutada en enero de 1995.

Los sindicatos y la dirección de la fábrica tendrán el próximo lunes una reunión para acordar la vuelta a la actividad, según las mismas fuentes.

Por otro lado, fuentes de la empresa dijeron a Servimedia que hay un inversor, aunque no facilitaron su nombre, disuesto a invertir entre 1.000 y 1.500 millones de pesetas para realizar la ampliación de capital necesaria para reactivar la empresa.

En los últimos meses, las discrepancias entre los accionistas de Ferrys provocaron un bloqueo en las negociones para hacer frente a las deudas de 2.000 millones de pesetas contraidas con la Seguridad Social y Hacienda, así como para realizar nuevas inversiones en las instalaciones de la fábrica.

En verano del pasado año, a raíz de las dificultadas de la fábrica, se ealizó un recorte de plantilla que afectó a 400 empleados, que se acogieron a un programa de ayuda con fondos públicos (PEMFICO) de 600 millones de pesetas para reactivar la comarca de La Costera, donde está ubicada Ferrys.

El socio mayoritario de Ferrys, la marca francesa Devanlay (propietaria de Lacoste), está dispuesta a deshacerse del 44 por ciento de las acciones del capital social por un precio de 200 millones de pesetas, que pasarían a ser propiedad del ex director general de la firma Luis del astillo, según fuentes de la Consejería de Trabajo.