LOS TRABAJADORES DE EMPRESAS PUBLICAS GANAN UN 11 POR CIEN MAS Y TRABAJAN 67 HORAS MENOS AL AÑO QUE EN LAS PRIVADAS

MADRID
SERVIMEDIA

Los trabajadores de las empresas públicas ganan un 11 por ciento más que los empleados en compañías privadas y trabajan 67 horas menos al año, a pesar de que sus resultados económicos son en general peores. Así se desprende del informe sobre "La negociación colectiva en las grandes empresas en 1991", que acaba de publicar la Dirección General de Política Económica, del Ministerio de Economía.

Según este informe, el salario medio de las empresas públicas con más de doscientos empleados ascendió en 1991 a 3.143.500 pesetas al año, frente a las 2.834.300 pagadas por las privadas del mismo tamaño.

Además, las empresas públicas pactaron una jornada anual de 1.693 horas frente a 1.760 horas de las privdas, si bien en ambos casos el tiempo efectivamente trabajado es sensiblemente menor.

Concretamente, las horas perdidas fueron 108,7, por las siguientes razones: 82,6 por absentismo y causas análogas, 6,7 por conflictos derivados de la negociación colectiva y 19 por regulación de empleo y jornada.

Los salarios pagados por las empresas también varían significativamente en función del sector de actividad, con un máximo de 3.665.200 pesetas anuales en las instituciones financieras y un mínimo de 1.60.600 en las agrícolas.

Las empresas extranjeras, en contra de lo que a menudo se piensa, no son más generosas en los salarios de sus trabajadores: el suelo medio abonado por ellas se situó en 2.772.600 pesetas, frente a 2.868.200 de las españolas.

Las públicas fueron las más preocupadas por lograr pactos de productividad con los trabajadores, que llegaron a firmar el 48,5 por ciento de las sociedades estatales, frente a un 7,1 por cien de las privadas españolas.

En el conjunto de las empress de más de 200 empleados, las horas extraordinarias pactadas se situaron en 28,4 por trabajador, lo que supuso un ligero descenso frente a las 30 fijada en el ejercicio anterior. La jornada realmente trabajada (tras restar las pérdidas y añadir las extras) fue de 1.652,3 horas.

EL SUELDO DE LOS DIRECTIVOS

Por otra parte, el informe pone de manifiesto que los directivos de empresa obtuvieron un salario medio de 9,3 millones de pesetas. Los directores generales ganaron 13.210.000 pesetas, tras ver auentado su sueldo un 11,2 por cien, 3,6 puntos más que los salarios de sus trabajadores.

Los directivos mejor pagados son los financieros, con un sueldo de 9.116.000 pesetas, seguidos de los responsables del área financiera (8.753.000). Los peor retribuidos son los directores de personal y de informática, con 8.589.000 y y 8.239.000 pesetas, respectivamente.

Por grupos de empresas, los directivos de empresas con beneficios ganan un 27 por ciento más que los de aquellas que arrojaron pérdidas. Al cntrario de lo que ocurre con los empleados sujetos a convenio, son las empresas privadas las que pagan retribuciones más elevadas a sus directivos.

En el capítulo dedicado a las modalidades de contratación, los expertos de la Dirección General de Política Económica advierten contra el excesivo uso de la contratación temporal. A su juicio, tiene repercusiones negativas en la adaptación profesional de los trabajadores y en la productividad.

A este respecto, el informe señala que el 68,6 por ciento e las empresas realizaron algún tipo de formación profesional para sus trabajadores, con un gasto per capita anual de 98.200 pesetas, 11.100 más que el ejercicio anterior.

En este terreno, las empresas extranjeras superan ampliamente a las nacionales, ya que dedican 146.800 pesetas por empleado y año a mejorar la cualificación de sus trabajadores, frente a 85.500 de las españolas.

Por sectores, la formación es prácticamente nula en las empresas agrícolas, muy baja en los servicios (75.000 pesetaspor trabajador) y alta en la construcción (131.000 pesetas) y algunas ramas industriales como la energética (219.300) y metálicas y electrónicas (143.300).

No obstante, los expertos de Economía afirman que la valoración global "no puede ser positiva, especialmente cuando la asimilación tecnológica, y su compañera inseparable, la formación profesional, constituyen el único camino de acercamiento a los modos productivos de la Europa comunitaria más desarrollada".

Una valoración igualmente crítica mrece, a su juicio, el escaso esfuerzo investigador de las empresas, ya que los trabajadores dedicados a este cometido representan menos del 1 por cien de las plantillas.

"Una inmensa mayoría de las empresas mantienen una política investigadora simbólica, cuando no nula", ya que a ella dedican en promedio un 1,43 por ciento del valor añadido bruto o el equivalente al 3,67 por cien de la masa salarial.

(SERVIMEDIA)
09 Feb 1993
M