El accidente se produo sobre las diez de la mañana, cuando el trabajador realizaba mezclas para la elaboración de productos pirotécnicos. Por el momento se desconocen las causas de la explosión.

Enrique Valls, de 33 años y vecino de Valencia, era el único empleado que se encontraba trabajando en la caseta siniestrada en el momento de la explosión.

El hecho de que la fábrica de la empresa Ricardo Caballer en Olocau estuviera adaptada a la nueva normativa pirotécnica, con las casetas alejadas entre sí y separadas por mntículos de tierra, evitó que hubiera más víctimas. Con este método se evita que las casetas exploten por simpatía.

Gracias a esta medida de seguridad, confirmada por la Delegación del Gobierno, la onda expansiva sólo afectó a una caseta y no provocó más desgracias personales.

En los tres últimos años han muerto en la provincia de Valencia nueve personas en diez explosiones ocurridas en empresas fabricantes de material pirotécnico.