Durante la sesión de control al Gobierno, el ministro de Administraciones Públicas, Mariano Rajoy, reprochó al socialista José Luis Ros que le preguntara sobre los suplicatorios contra varios senadores del PP, cuand él mismo podría ser objeto de petición de suplicatorio próximamente.

El propio Ros explicó posteriormente en rueda de prensa que las palabras de Rajoy se refieren a una demanada interpuesta contra él, después de que el pasado año aparecieran en un medio de comunicación unas declaraciones suyas en las que llamaba "fascistas" a los responsables de propinar una paliza a un alcalde socialista.

La artillería que el ministro pensaba utilizar contra él en el pleno se ha quedado "en un tirachinas", arguentó, porque sólo afecta "al derecho de un diputado de expresar su opinión" acerca de varios hechos violentos acaecidos en Guadalajara.

A pesar del intento del ministro por hacer ver "que todo está dentro de la normalidad", aseveró Jesús Caldera, "se debe sentir muy mal cuando la respuesta ha sido amenazante", lo que demuestra que "no entienden nada de lo que es el Parlamento y lo que es una sesión de control al Gobierno".

A su juicio, el ministro ha puesto "en el mismo nivel" unas opiniones "ejecidas libremente" con las actuaciones del senador popular Francisco Tomey.

"Si es verdad que hay una demanda, se tramita a través de los tribunales, y se convierte en un suplicatorio, en ese momento daremos nuestra opinión, pero, en todo caso, todo el mundo podrá ver cómo no hay comparación posible entre ambas situaciones", apostilló.