El Pleno del Congreso para defender y votar las resoluciones del Debate sobre el Estado de la Nación ha incluido este año la intervención excepcional del jefe del Ejecutivo, que subió a la tribuna al término de la intervención de los representantes de todos los grupos y dió pie así al presidente de la Cámara, Manuel Marín, para abrir un segundo turno de intervenciones.

Esta oportunidad fue aprovechada por los portavoces de los grupos parlamentarios, algunos de los cuales habían dejado eldiscurso inicial a los "segundas espadas", para expresar su confianza a Zapatero en las actuaciones que emprenda en el proceso de paz, con lo que adelantaron de palabra la autorización que el jefe del Ejecutivo se comprometió a pedir al Parlamento para iniciar el diálogo con ETA.

El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, recalcó que "se dan las condiciones para iniciar el proceso de paz", y recordó que al Gobierno del PP le bastó mes y medio para confirmar la tregua decretada en 1998, mientras que en este caso han pasado ya tres meses.

Tras la nueva oferta de diálogo de Zapatero, Llamazares confesó no tener "demasiada confianza" en que hoy sea posible, porque "en base a la mentira y la manipulación es difícil ampliar los acuerdos y los consensos", y advirtió al líder del PP de que su discrepancia "no es un tema entre usted y el Gobierno, sino del conjunto de la Cámara y de la sociedad española".

El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, trasladó también su apoyo al diálogo, aun consciente de que puede equivocarse, porque considera que "hay que probarlo e intentar verificar, para que ETA conozca cuáles son las posiciones del Gobierno y de la Cámara que representa al Estado de derecho hay que hablar con ellos".

Indicó que sale del debate de esta tarde con un "sabor agridulce", porque, si bien está satisfecho por el anuncio no formal del presidente sobre el inicio de unas conversaciones, "no existe un apoyo unánime", y advirtió al PP de que "la mejor concesión que se puede hacer a ETA es la división de las fuerzas políticas democráticas".

TIEMPO DE ACTUAR, NO DE HABLAR

El portavoz del PNV, Josu Erkoreka, dijo que "es tiempo de actuar, no de hablar, confío sinceramente en que no tengamos que hablar nuevamente sobre esta cuestión" hasta que se puedan poner nuevos datos "ante los focos de la opinión pública".

En nombre de ERC, Joan Tardá dijo al jefe del Ejecutivo que "estamos con usted, sin complejos, por el diálogo, pero también somos solidarios con la izquierda 'abertzale', con Batasuna", y con su demanda de "libre autodeterminación de los pueblos".

Remarcó que las reivindicaciones de "Euskal Herría no merecen ni una sola gota de sangre, pero la unidad de España tampoco", por lo que pidió "generosidad a la sociedad para que todas las víctimas, de ambos lados del conflicto, puedan sentirse acogidas".

El portavoz de Coalición Canaria, Paulino Rivero, dió también su apoyo al presidente, aunque le reprochó un "exceso de presencia mediática en un asunto que requiere prudencia, moderación, y discreción", para insistir en que es importante recuperar el consenso porque la fractura de los dos grandes partidos supone una fractura en la sociedad.

MAYORÍA INCONTESTABLE

Dentro del Grupo Mixto, la diputada de Nafarroa-Bai, Uxue Barkos, otorgó el respaldo de su formación y matizó que el presidente puede hacer lo que crea conveniente porque tiene una "mayoría necesaria e incontestable" en esta Cámara.

En la misma línea se mostró la diputada de EA Begoña Lasagabaster, quien dijo que "todos vamos a coadyuvar con el presidente" y criticó duramente la intervención del líder del PP, al que acusó de que "sólo da credibilidad" a ETA y que "ningunea a las víctimas".

El portavoz del Bloque Nacionalista Galego, Francisco Rodríguez, apuntó que "nada hay de extraño en que se dialogue con ETA ni con Batasuna", sino que es una "muestra de normalidad para un estado de Derecho". José Antonio Labordeta, de la Chunta Aragonesista (CHA), remarcó: "tiene nuestro apoyo, pero no nos oculte la verdad, cuéntenosla".