TODOS LOS DEMÁS GRUPOS RECHAZAN LA PETICIÓN DEL PP PARA QUE ZAPATERO Y RUBALCABA COMPAREZCAN CON URGENCIA EN EL CONGRESO
- El PSOE subraya que Aznar acercó a 34 presos de ETA antes de la tregua del 98 y mientras estaba secuestrado Ortega Lara
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El PP reclamó hoy sin éxito en el Congreso de los Diputados la comparecencia del presidente del Gobierno y del ministro del Interior sobre diversas cuestiones relacionadas con la política antiterrorista, en un debate que visualizó de nuevo las grandes discrepancias entre los dos grandes partidos ante la gestión del alto el fuego de ETA.
La Diputación Permanente rechazó varias peticiones del PP para que el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, y el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, expliquen en un pleno extraordinario la reunión del PSE con Batasuna, las supuestas filtraciones a miembros de ETA sobre detenciones, y los contactos entre el Gobierno y la banda terrorista de los que habla "Gara". Sólo el PP respaldó sus propias iniciativas.
El portavoz popular, Eduardo Zaplana, pronunció un duro discurso con la premisa de que no existe proceso de paz "porque ni los españoles estábamos en guerra ni aquí, hasta la fecha, se habla de otra cosa que no sea de política".
Desde que el presidente del Gobierno comunicó el inicio del diálogo con ETA, subrayó, los socialistas vascos se han reunido con Batasuna "para hablar de política", y documentos internos de ETA "desmienten" lo dicho oficialmente sobre la ausencia de contactos anteriores con la banda terrorista.
Todo ello sin haber sido desmentido "con la debida contundencia" por el Ejecutivo, al que el PP, subrayó Zaplana, quiere dar la oportunidad "de no convertir las alarmas en sospechas por un silencio que sería inexplicable para los españoles".
Zaplana alertó de la "profunda traición" que supondría para el PP y para el conjunto de los ciudadanos constatar que el PSOE "haya estado manteniendo contactos desde hace años al tiempo que reafirmaban su apoyo al pacto antiterrorista".
Mientras eso no sea negado expresamente por el presidente, dijo, el PP está legitimado para pensar que el pacto antiterrorista ha sido sólo un instrumento "para guardar las formas mientras, por la puerta de atrás, sus interlocutores, los de ahora, los terroristas, dicen que ya hablaban, negociaban y adquirían compromisos con ellos".
"¿Quién sabe desde cuando? ¿Quién sabe si antes de las elecciones de marzo de 2004? ¿Quién sabe con qué información y quién sabe con qué cartas encima de la mesa?", se preguntó.
Zaplana preguntó también si "los hechos objetivos" en los que se basó el presidente para decir, el pasado mes de febrero, que España estaba "ante el principio del fin" de ETA, eran en realidad el acuerdo alcanzado ese mismo mes con la banda terrorista para la declaración del alto el fuego.
Los ciudadanos "tienen derecho a saber si pueden estar pagando un precio por una paz diseñada por los terroristas", y si se ha invertido el orden democrático y "se está hablando de política para obtener la paz".
En opinión del PP, los socialistas vascos dieron "el primer paso para blanquear" a Batasuna con la reunión de la semana pasada, y la continuidad de los contactos demostraría que el llamado proceso de paz es sólo "una negociación política para la paz".
Mientras, denunció, ETA no ha condenado su propia violencia, no ha pedido perdón a las víctimas, "y no ha descartado volver a matar si no se le da lo que pide".
"Ustedes", dijo a los socialistas, "han decidido ir solos. Nosotros no les hemos dado justificación para dar este paso en solitario, pero no conviertan este asunto en otra pelea de buenos y malos".
"PRECIO POLÍTICO" DE AZNAR
El portavoz del PSOE, Diego López Garrido, subrayó que el Gobierno de Aznar tomó decisiones "medidas" a las que hoy llamarían "precio político", algunas de ellas seguramente "innecesarias".
Por ejemplo, recordó, nada más ser nombrado Mayor Oreja ministro de Interior anunció el acercamiento de 34 presos de ETA, "la mitad de ellos con delitos de sangre", mientras estaba secuestrado Ortega Lara y un año después del asesinato de Francisco Tomás y Valiente.
Aznar, añadió, "le cambió el nombre a ETA" para asumir su propia denominación, "Movimiento de Liberación Nacional Vasco". "Eso sí que es un precio político", dijo López Garrido.
Pese a la adopción de esas medidas en circunstancias mucho más adversas que las actuales, recordó, el PSOE "no las crítico", e incluso Mayor Oreja agradeció públicamente "la solidaridad" de los socialistas.
Utilizar las declaraciones del entorno de ETA contra el Gobierno es, dijo, dejar que los terroristas "se sirvan de ustedes" para expandir sus afirmaciones y reivindicaciones. "Aunque no quieran estar con nosotros, están en el campo de los demócratas", espetó al PP.
En nombre de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida dijo directamente que el debate mismo sobre este asunto "es un error" si realmente se busca la paz, y un intento de "primar el ruido sobre la discreción".
Explicó que su grupo no da "ninguna crebilidad" a lo que ETA diga, en comunicados o medios de comunicación afines, y por ello no cree necesario que el Gobierno desmienta nada. "Hasta ahí podíamos llegar", exclamó.
"CUESTIÓN DE BRONCA"
El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, denunció que el PP "ha decidido hace mucho tiempo y sin margen de confianza que el proceso de paz es cuestión de bronca" con el Gobierno y con los demás partidos.
Recordó que el PP abrió en 1998 un diálogo con ETA sin comunicarlo al Parlamento y llamando a la banda "Movimiento de Liberación Nacional Vasco", una denominación que aún no se ha escuchado al actual Gobierno.
"También ustedes se reunieron con Batasuna", recordó Llamazares, y nada más iniciar diálogo "empezaron a mover el banquillo de las cárceles y de los exiliados" de la banda terrorista.
Llamazares alertó a los dirigentes del PP de que su estrategia les está conduciendo a "impugnar su propia historia" y a demostrar una "patrimonialización del Estado".
El portavoz del PNV, Emilio Olabarría, se mostró partidario de una posición discreta, "rozando el silencio", para trabajar por la paz, convencido de que si llega esa paz el PP tratará también de "ubicarse" en esa imagen.
Olabarría aseguró que no sólo el PSE se ha reunido con Batasuna, sino todos los partidos vascos excepto el PP, es decir, los representantes del 90 por ciento de la sociedad de Euskadi.
En todo proceso de paz, dijo, hay partidos que se colocan en posiciones "extremistas" porque temen perder una parte importante de su discurso contruido a partir de la respuesta al terrorismo, "y eso es lo que temen ustedes", dijo al PP.
Emilio Olabarría aseguró que el PNV tiene "dudas" de que el PP desee la paz, de que esa paz "les convenga", y les pidió, en todo caso, que si llega la paz no incurran "en la tentación perversa e inadecuada" de sumarse a los pacificadores.
Este mensaje fue reiterado por el portavoz de ERC, Joan Puig. "Si se consigue la paz", dijo a Zaplana, "usted y el señor Acebes se quedan sin trabajo, porque su discurso ya no sirve".
Zaplana aseguró en su turno de réplica que esas afirmaciones son "una aberración", y reiteró que la sociedad española quiere la paz, pero sin claudicar ante las reivindicaciones de los terroristas. "El fin nunca justifica los medios, ni en otras ocasiones ni ahora", alertó.
(SERVIMEDIA)
12 Jul 2006
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