El profesor Gerd Kobel, de la universidad alemana de Erlangen, se ha basado en la circunstancia de que alrededor de un 90% de los afectados por el mal de Parkinson tienen muchas dificultades para percibir y diferenciar olores. Este problema olfativo se agrava a medida que avanza la enfermedad.

Reconocer este problema desde en un estadio temrano sería muy útil para tratar los síntomas cuanto antes y buscar el tipo de tratamiento más adecuado. Kobel y su equipo han comprobado que este test de olores puede funcionar como vía de diagnóstico ya desde una primera fase de la evolución del mal.

En el caso del Alzheimer y del síndrome de Huntington Chorea, también neurológico, el 80% de los pacientes demuestran este impedimento olfativo desde una fase temprana, por lo que el test resultaría eficaz también para ellos. Esta prueba es única hasta aora en Europa y se vale de olores inequívocos, como el del cuero, el café o la canela.