Según las fuentes consultadas, la llegada de peticiones de protección policial a Interior no se puede calificar de avalancha, pero reconocieron que dar vigilancia a todas estas personas requeriría más de un centenar de agentes.

Por el momento, Interior ya ha atendido alguna de las peticiones formuladas por los dirigentes populares. En concreto, el portavoz de Justicia del PP, Federico Trillo, cuenta con protección desde la pasada semna.

El dispositivo policial que le protege está compuesto por miembros de la dotación que habitualmente vigila el Congreso de los Diputados y sus aledaños por petición expresa del presidente de la Cámara, Félix Pons.

Ninguna de las personalidades que han solicitado protección cuenta ahora con servicios de contravigilancia, pero el ministerio estudia distintas posibilidades para destinar a funcionarios suficientes para esas tareas.

Fuentes del PP reconocieron a esta agencia que el atentado cotra Aznar ha despertado inquietud entre los dirigentes populares de nivel medio y en especial entre los relacionados con temas de Justicia e Interior y los que desempeñan tareas ejecutivas en el partido.

Las peticiones también se han disparado en el País Vasco, donde hasta el atentado que costó la vida a Gregorio Ordóñez, unos 60 agentes hacían servicios de escolta. Desde entonces esa cifra se ha doblado y continúa siendo insuficiente para atender todas las peticiones.

En este sentido, las autoriades vascas estudian un plan que permita garantizar la seguridad de los responsables políticos de Euskadi mediante un reparto de competencias en lo referido a la protección de estas personas entre la 'Ertzaintza', el Cuerpo Nacional de Policía y los agentes locales.

Desde el inicio de su actividad terrorista en 1961, la banda terrorista ETA ha atentado contra 24 personalidades políticas, de las cuales 20 murieron, 2 fueron secuestradas y otras 2 resultaron heridas.

Desde el asesinato del ex senadr y secretario de Estado con UCD Manuel Broseta, ocurrido en febrero de 1992, ETA parecía haber renunciado a atentar contra objetivos políticos hasta que en enero de este año mató al dirigente popular Gregorio Ordóñez.

El período más sangriento de la banda en lo que a atentados contra personalidades relevantes de la vida pública se refiere fue el trienio 1979-1981, en que cometió acciones contra 21 personas detacadas del mundo de la política, la diplomacia, el periodismo y el Ejército.

Ese cambiode estrategia de la banda terrorista quedó refrendado con el atentado contra José María Aznar el pasado 19 de abril, que confirmó las sospechas de Interior de que la línea dura de ETA ha impuesto sus tesis sobre la efectividad de atentar contra objetivos políticos.