La dinamita es utilizada actualmente por gran parte del sector minero, tanto en explotaciones cerradas como a cielo abierto, y también por el sector constructor de infraestructuras, aunque en menor medida.

Según explicaron a esta agencia, para acceder a los explosivos, las empresas cuentan con pemisos especiales concedidos por las delegaciones o subdelegaciones del Gobierno, por la Guardia Civil y por la Dirección General de Minas.

Luego, cada vez que necesitan determinadas cargas las piden con 24 horas de antelación, calculando la cantidad de explosivo necesario, para lo que solicitan autorizaciones expresas.

El problema viene, según relataron, cuando sobran algunas cantidades o no se realizan las voladuras previstas por algún inconveniente.

La normativa obliga a que, en el caso deexplotaciones cerradas, se guarde el sobrante en un "mini-pool" (una especie de caja de seguridad), que además es vigilada por parte de los artificieros. En las explotaciones a cielo abierto un vigilante debe custodiar el explosivo sobrante.

A pesar de que esta normativa se cumple "estrictamente", según las mismas fuentes y todo queda registrado en un libro de entradas y salidas de este material, "si alguien quiere, te la lía y siempre te busca el resquicio", como parece haber sucedido en el caso del obo de explosivos que luego han sido utilizados para los atentados del 11-M en Madrid.

Las cantidades de explosivo que se utilizan en la minería española son muy elevadas, ya que gran parte del carbón se extrae ya con explosiones. Por ejemplo, una compañía extractora que produce casi 2.000 toneladas de carbón al año utiliza 22.000 kilos de dimanita.

NORMATIVA

El actual reglamento de explosivos, de 1998, recoge el manejo de estos productos y de los polvorines donde se almacenan los diferentes tios de explosivo.

Además de las medidas de seguridad de los edificios, sólo se permite el acceso a los mismos de personas específicamente autorizadas, previas las verificaciones y controles que resultasen oportunos.

Los depósitos comerciales y de consumo deben contar con vigilantes de seguridad de explosivos, que podrá sustituirse por un sistema de alarma adecuado que esté autorizado, y que debe estar conectado con la Unidad de la Guardia Civil designada por la Dirección General del cuerpo.

E cuanto a la venta y suministro de explosivos, el artículo 196 del Reglamento establece que las autorizaciones serán otorgadas por la Dirección General de Minas del Ministerio de Industria y Energía previo informe favorable de la Intervención Central de Armas y Explosivos de la Guardia Civil, además, en dichas autorizaciones se establecerá la cuantía de la póliza de responsabilidad civil que obligatoriamente debe cubrir a los comercializadores del producto.

Por último, el artículo 209 establece que cundo un consumidor habitual de explosivos vaya a iniciar la utilización de los mismos, deberá solicitar del Área de Industria y Energía, un libro talonario de pedidos de suministro que deberá cumplimentar cada vez que los vaya a utilizar.