En declaraciones a Servimedia, Arévalo mostró su estupor por la "falta de previsión" mostrada por las autoridades de Tráfico y Protección Civil, dependientes ambas del Ministerio de Interior, ante inclemencias metereológicas anunciadas con días de antelación.

"Lo queha pasado en fin de año es realmente estremecedor e insólito", señaló Arévalo, para quien este suceso demuestra que el Gobierno sigue en este asunto una política de pura propaganda. Argumentó que ha vuelto a repetirse la historia del gran atasco registrado el mes de diciembre de 1997 en Cuenca, después del cual se anunció que se adoptarían medidas.

"Ni había medios el día 31 atentos a lo que iba a suceder, ni cuando sucedió se pusieron en activo todos los medios con los que debe contar la Dirección Geeral de Tráfico y la Guardia Civil", recalcó.

Arévalo señaló que Mayor Oreja tiene que dar cuenta de la ineficiencia de los medios que están a sus órdenes y aseguró que se han vivido situaciones de "nerviosismo y de locura. Ha habido autobuses que unen Madrid con Valladolid que salieron de la capital de España a las seis y media de la tarde del día 31 y llegaban a Valladolid, en vez de a las nueve de la noche, como estaba previsto, a las tres de la madrugada".