La venta culminó hoy mismo en una negociación mantenida directamente por responsables de Telefónica con directivos de Fujitsu.

Telefónica ha decidido la venta por considerar que sus actividades de negocio prioritarias deben estar en el área de las telecomnicaciones, y no en la producción de equipos informáticos o en cualquier otra actividad industrial.

No obstante, la compañía española se ha comprometido a apoyar, a través de un Comité Asesor, el plan de viabilidad con el que Fujitsu España pretende recuperar la rentabilidad y la posición competitiva hacia 1993.

El plan se basa en la ampliación del área de informática y el reforzamiento de la actividad industrial en la fábrica que la multinacional tiene en Málaga.

Fujitsu España atraviesa un delicada situación financiera que, según datos del sindicato CCOO, le llevó a tener unas pérdidas de 5.500 millones de pesetas al cierre del ejercicio de 1990.

Según CCOO, de los 65.000 millones de pesetas de facturación estimada por la dirección de Fujitsu España para el año pasado, sólo se consiguieron 35.000 millones.