Gestha, en una nota de prensa, señala que la reforma es, en principio, "positiva", ya que el nuevo mínimo exento, que se sitúa en los 9.000 euros, viene a paliar la discriminación que sufren los contribuyentes con menos ingresos, frente a las rentas de los profesionales y agricultores, que registran unos índices muy altos de fraude fiscal.

Asimismo, este colectivo aboga por el establecimiento de un tipo cero para las rentas más bajas.

Gestha cree que el anteproyecto de ley de reforma del IRPF carece de medidas reales para que rentas profesionales y agrícolas tengan el peso que les corresponde en este impuesto, lo cual podría haberse corregido sometiendo las operaciones especulativas a la tarifa de la renta normal.

Según el vicepresidente de Gestha, José María Mollinedo, "el coste que supondrá la nueva reforma del IRPF -que podría alcanzar hasta los 3.000 millones de euros- beneficia, principalmente, a las rentas de trabajo, que superan el 80% de la carga que supone este impuesto".

Con respecto a las ganancias patrimoniales, Gestha estima que la nueva reforma no ha sido "suficientemente ambiciosa" a la hora de penalizar las plusvalías de las operaciones especulativas, ya que es "contraproducente" que una operación de este tipo de más de un año tenga una tributación inferior al esfuerzo diario realizado por una persona en su trabajo durante todo un ejercicio.

Este colectivo opina que la propuesta de que todas las rentas de ahorro generadas a más de un año tributen a un tipo único es una clara apuesta del Gobierno por la "neutralidad fiscal" en los instrumentos de ahorro. No obstante, puede ocurrir la paradoja de que rentas más altas que provengan del capital mobiliario tributen menos que rentas de menor cuantía procedentes del trabajo.

En relación a las deducciones por ascendientes y descendientes a cargo, Gestha aboga por una deducciónde la cuota del impuesto para conseguir cierta progresividad, según la escala de gravamen del tributo, aunque habrá que esperar a la decisión final del Consejo de Ministros.

En su opinión, una reducción o mayor incentivo en la base por hijo favorecería a las rentas más altas, introduciendo un elemento de discriminación frente a las rentas más desfavorecidas.

Por otro lado, los técnicos de Hacienda manifiestan que la desgravación para los inquilinos que podría plantear la nueva reforma sería "positiva" para hacer aflorar el dinero negro, más que como un incentivo para reducir el precio medio de arrendamiento de una vivienda.