En particular, dos representantes de sus Servicio de Limpieza y de Enfermería relataron testimonios personales de sus experiencias, especialmente durante aquellos primeros meses, en marzo, abril o mayo de 2020, en que cundían la incertidumbre y la inseguridad. El Tribunal rinde así tributo a estos dos colectivos, formados mayoritariamente por mujeres, que han sido vitales en España para contener la expansión del virus y que han sufrido en primera persona las consecuencias de la pandemia.

El acto, al que asistieron el presidente del Tribunal, Pedro González-Trevijano, así como los magistrados, el secretario general y el secretario general adjunto de la institución, fue dirigido por las magistradas María Luisa Balaguer, Concepción Espejel e Inmaculada Montalbán y contó asimismo con la participación de la vicepresidenta emérita Encarnación Roca, presente en la institución durante las fases más duras de la enfermedad.

“La crisis ocasionada por el coronavirus nos ha afectado a todos, y también ha puesto de manifiesto, muy gráficamente, las desigualdades estructurales en todos los ámbitos entre ambos sexos. Según acreditan los informes de ONU Mujeres, en los contextos de fragilidad, conflicto y emergencia, las mujeres y las niñas sufren repercusiones desproporcionadas”, destacó durante su intervención la magistrada María Luisa Balaguer.

Balaguer subrayó que “la pandemia ha trastocado la vida laboral y social de las personas, pero en algunos casos más que en otros ha exigido esfuerzos casi heroicos, porque la sanidad, la limpieza, la organización de la vida, ha puesto a algunas de nuestras compañeras en situación de peligro y riesgo para extremar el cuidado de todos nosotros”.

Por su parte, la magistrada Concepción Espejel abordó los efectos de la covid-19 en el mundo de la judicatura, en el que existe una pujante prevalencia femenina, y donde se ha hecho frente a la crisis sanitaria “con una evidente y preocupante escasez de medios”. Asimismo, elogió la labor y la humanidad del colectivo sanitario, que ha estado en primera línea, ha arriesgado su vida y su integridad y ha sufrido terribles consecuencias físicas y psíquicas.

La enfermera Helena Labat resaltó que el servicio médico ha sido, durante la pandemia, el primer enlace y el más accesible para los trabajadores del Tribunal, buscando información, consejo y tranquilidad. Asimismo, mostró su satisfacción por la labor realizada, a pesar de las situaciones de duda y angustia que el personal sanitario ha vivido durante estos años de pandemia.

El homenaje tuvo como protagonista al servicio de limpieza, un colectivo formado principalmente por mujeres, “indispensable y estratégico y que ha asumido de forma intensa los riesgos derivados del coronavirus”, subrayó la magistrada Inmaculada Montalbán, que puso énfasis en el impacto específico y los perjuicios que ha causado el coronavirus en las mujeres trabajadoras. “La desinfección ha sido una cuestión vital y ahí han estado nuestras compañeras todos los días, confinamiento incluido, redoblando sus esfuerzos en los momentos más críticos, con serenidad y aplomo”, apuntó.

La encargada del servicio de limpieza, Ángela Piqueras, resaltó en su emocionado discurso que la limpieza es un trabajo, “muchas veces invisible”, realizado por mujeres, tanto en los espacios profesionales como en los domésticos. Además, recordó los momentos iniciales de la pandemia, cuando su equipo, que acudió todos los días al Tribunal, “pasó miedo, miedo al virus, a lo desconocido, a ponernos enfermas, miedo por nuestros familiares más vulnerables".

La vicepresidenta emérita Encarnación Roca resaltó que todo momento de crisis tiene también su aspecto positivo. En su opinión, ha habido un espíritu de solidaridad entre las mujeres, que seguramente existía, pero que hasta aquel momento no había tenido ocasión de manifestarse. “Hubiera sido mejor que la ocasión no se presentase, pero es justo este homenaje y por ello celebramos con orgullo la tarea que desarrollamos en aquellos tristes días, que espero que no haya que volver a repetir”, indicó.

El acto concluyó con una emotiva fotografía para reconocer la labor de todas las mujeres de los colectivos que resultaron indispensables para mantener la normalidad jurisdiccional en el Tribunal Constitucional: las letradas, las funcionarias de justicia del Registro, las Salas y el Pleno, las informáticas, las secretarias, las ordenanzas y las trabajadoras de los Servicios de Doctrina y de Biblioteca, de la Unidad de Mantenimiento, del Cuerpo Nacional de Policía así como el personal de cafetería.