Danny Freeman, que ha realizado el viaje acompañado de su esposa Jacky y su hija Natalia, decidió emprender la aventura después de que el año pasado perdiera a su herano, aquejado de una diabetes sin diagnosticar.

Afectado por este hecho, se puso en contacto con la Asociación de Diabéticos Británicos (BDS) para colaborar en la lucha contra la enfermedad y pensó en hacer el viaje como forma de llamar la atención sobre el problema.

El taxista bajó la bandera en la capital del Támesis, donde se cruzaron numerosas apuestas sobre la cantidad exacta que costaría el trayecto. Este dinero irá a parar a la BDA para que prosiga sus campañas de lucha contra la diabetes. A bordo de su reluciente y elegante automóvil, el pasado lunes partió de Londres, ciudad en la que trabaja, y llegó a Santander, para posteriormente dirigirse a Madrid.

En la Plaza de la Villa, el taxímetro marcaba 888 libras y 80 peniques, cantidad que equivale a unas 150.000 pesetas. Alvarez del Manzano firmó un documento que certifica que el precio de la carrera Londres-Madrid asciende a casi 890 libras.

Danny fue recibido por el alcalde, el embajador del Reino Unido, Robin Fearn; y el cocejal de Circulación del Ayuntamiento, José Antonio García Alarilla, así como por representantes de la Asociación de Diabéticos Españoles y de la Organización Nacional de Ciegos (ONCE).

Tras explicar las anécdotas e incidencias del viaje, Danny pidió ayuda para la BDA y las asociaciones homólogas españolas que luchan contra la diabetes.

Posteriormente, Alvarez del Manzano le despidió en la plaza de la Villa no sin antes dar varias vueltas en el coche. "Es grande, amplio por dentro, con mamparas d seguridad. Realmente no se puede pedir más. ¡Cómo me gustaría que todos los taxis de Madrid fuesen así!", comentó el regidor.

Sin embargo, el presidente de la Federación Gremial de Autotaxis, Eladio Nuñez, no se mostró tan satisfecho, sobre todo al conocer que el vehículo tiene un alto consumo (10 litros de gasoil) y necesita muchos cuidados.