Hernández Sito aseguró a Servimedia que el fallecido fumó tres cajetillas diarias durante 30 años "porque quiso y nadie le obligó a hacerlo". A su juicio, "lo que no se puede hacer es culpar después a la empresa que se los proporcionaba", ya que también "hay mucha gente que muere de cirrosis a causa de su alcoholismo y nadie piensa en demandar a las boegas o a las destilerías"

El presidente de CETARSA recalcó que el fallecido se "saltó a la torera" las recomendaciones incluidas en las cajetillas de tabaco que advierte de la perjudicialidad de su contenido. Añadió que es "difícil" demostrar si todo el tabaco consumido por el fallecido era de Tabacalera o tenía otra procedencia.

En cuanto a la posible caída en los beneficios de las empresas relacionadas con el tabaco como consecuencia las denuncias, Hernández Sito manifestó que "no les afectará ucho" porque el consumo de tabaco ha aumentado en el mundo a lo largo de 1997.