El acuerdo fue negociado directamente por el presidente canario, Manuel Hermoso, ya que la llamada Mesa del Tabaco, constituida por sindicatos y trabajadores, había delegado en él.

Dicho acuerdo pone fin a las disputas laborales y políticas en la fábrica de Tenerife, ya que se fija el nivel de producción entre 380 y 395 millones de cajetillas durante este año. En la antigua instalación de Philip Morris se efectuará la producción del 50% de Marloro y LM que se consume a nivel nacional, mientras se reservan las marcas Swing y Fortuna para las islas.

Esto supone que no habrá regulación de empleo ni bajas incentivadas como mínimo hasta el 30 de junio y si se producen mejoras tecnológicas que supongan un exceso de personal, éste se reconvertirá en otras actividades industriales del grupo Tabacalera.

Además, el Gobierno de Canarias apoyará e incentivará la creación de empresas del grupo y las normalización de las relaciones laborales en los stamentos de la fábrica.

Los sindicatos han manifestado que no es el documento que les hubiese gustado, "pero puede servir como herramienta de trabajo". Según el secretario insular de Comisiones Obreras, Juan Orribó, "lo importante es que por primera vez el Gobierno autónomo se compromete a defender la producción mediante un convenio pactado en el que se defienden los puestos de trabajo".