EL SUPREMO RATIFICA LA CONDENA A UN PARRICIDA QUE DEJO MORIR A SU MADRE CUBIERTA DE ULCERAS SANGRANTES
- La mantuvo en una habitación durante 13 años sin ninguna asistencia ni tratamiento médico y casi sin alimentación
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha desestimado el recurso interpuesto por Francisco Lucía Castillo,quien un juzgado de Zaragoza condenó a 10 años de prisión por homicidio por omisión en la persona de su madre, a la que dejó morir por falta de cuidados, según una sentencia a la que ha tenido acceso Servimedia.
Francisco Lucía mantuvo a su madre en una habitación con el único mobiliario de un somier con un colchón durante más de 13 años, tiempo en el que Bárbara Castillo no recibió atención sanitaria, tuvo una deficiente alimentación y sobrevivió en una condiciones higiénicas que dieron lugar a la stuación "dantesca" en la que se encontró fallecida, según la sentencia.
El hijo no permitió que ningún médico atendiera a su madre a pesar de que ésta era beneficiaria del ISFAS, lo que le daba derecho a atención sanitaria gratuíta. Dejó morir a la anciana, que falleció a los 74 años, sin que su conducta sea atribuible a un trastorno mental, ya que el estudio psiquiátrico que posteriormente le fue realizado no muestra ninguna patología a reseñar.
La condena puntualiza que el acusado pudo solicita en cualquier momento la atención sanitaria precisa, algo que nunca hizo, con lo que provocó voluntariamente "la inhumana degradación física que terminó con el fallecimiento".
DANTESCO
Cuando Bárbara Castillo murió, su hijo se limitó a avisar a un médico para obtener el correspondiente certificado de fallecimiento. Al entrar en la vivienda se observó un "desorden extremo y sobrecogedor estado de abandono y suciedad que faltaba a lo más elemental higiene y limpieza".
El cuerpo de Bárbara estaba n la cama, desnudo y en posición fetal, sobre un colchón con papeles de periódicos viejos y ropa de cama, todo ello en avanzado estado de descomposición, de forma que, al retirarse el cadáver, parte del colchón permaneció pegado al cuerpo de fallecida.
Además, en el área craneal se encontraron ulceraciones e infecciones que afectaban al pabellón auricular en el que se encontraron larvas de gusanos y parásitos y que, según el forense, eran anteriores al fallecimiento.
Entre otros detalles "dantescs", según apunta la sentencia, el forense indicó que las extremidades inferiores "se encontraban fusionadas a nivel tibial, consecuencia de sendas úlceras que comunicaban las dos piernas a través de la correspondiente costra", lo que indica que la fallecida no había cambiado de postura en los últimos meses de vida.
Por todo ello, el Supremo insiste en que hubo un "dolo eventual" y voluntariedad de la producción del resultado final de muerte, extremo negado por el condenado.
"Es evidente para cualuiera que mantener inmóvil a una persona durante meses, prácticamente sin alimentación y carente de atenciones sanitarias e higiénicas produce una serie de ulceraciones e infecciones (...) provocándose una situación de degradación física profunda, seguida de la muerte", indica el fallo.
(SERVIMEDIA)
27 Dic 1997
C