Rosado fue condenado por la Audiencia Provincial de Madrid a 42 años de prisión por un delito de asesinato (28 años), otro de robo (4 años) y otro de conspiración para el asesinato (10 años), si bien recurrió la sentencia, apoyando su escrito en ocho motivos, todos ellos desestimados por el Alto Tribunal.

En este sentido, el Supremo no sólo ratifica la primera condena, sino que además insiste que el condenado incurrió en un delito de asesinat con alevosía "sorpresiva", en cuanto que la agresión se produjo "de modo súbito e inesperado, aprovechando que su víctima se encontraba en posición poco propicia para la defensa".

El Supremo califica la actuación de Rosado de "espeluznante comportamiento" que se puede enmarcar en la calidad de "ensañamiento, al concurrir cuantos requisitos la caracterizan al estar presente la complacencia en el sufrimiento causado a la víctima".

FALLECIO ENTRE ESTERTORES

Según la sentencia, el condenado era afccionado a los llamados "juegos de rol" y decidió trasladar uno de ellos a la vida real. Así, reclutó a un amigo -menor de edad- para infligir sufrimiento a la primera persona que se cruzaran.

El 30 de abril de 1994, los dos amigos salieron en busca de una víctima, en principio una chica con determinadas características, pero pronto cambiaron de idea y eligieron a Carlos Moreno Fernández, de 52 años.

Los dos jóvenes, armados con cuchillos y con guantes de látex, asestaron innumerables puñaladas ala víctima con la intención de que sufriera. Según la setencia, consiguieron provocarle una "situación agónica que duró varios minutos -unos quince-, hasta que Carlos Moreno falleció entre estertores, debido a las hemorragias".

Ambos amigos tenían planteadas nuevas actuaciones, y de hecho fueron detenidos por la policías cuando, el 4 de junio -un mes después del primer asesinato- salían de un centro comercial donde habían comprado guantes de latex, igual que los utilizados en el primer suceso.