La sentencia relata que el presunto agresor, vecino del menor, le pidió que le fuese a comprar unas golosinas y cuando fue a entregárselas a su casa le hizo entrar y le agredió sexualmente. Para que el niño accediera le amenazó con matarle y robar o hacer daño a su madre.

El menor, por su "personalidad obediente, dócil, muy impresionable y sensible a la amenaza", accedió a las acciones lascivas del procesado, que anteriormente ya le había edido que posara para él desnudo para hacerle una fotografía a cambio de 1.000 pesetas, oferta que éste no aceptó.

La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife absolvió al acusado de los delitos de agresión sexual y exhibicionismo, sentencia que fue recurrida por la acusación particular.

El Tribunal Supremo anula el dictamen de la Audiencia Provincial y ordena que vuelva a iniciarse el juicio oral con una nueva composición de la sala, al considerar que la sentencia recurrida no incluyó el reato de los hechos suficiente para determinar si el acusado ha de ser absuelto o no.