EL SUICIDIO DE GARDINI CONMOCIONA A LOS SOCIOS ESPAÑOLES DE FERRUZZI EN EL SECTOR ACEITERO

MADRID
SERVIMEDIA

El suicidio del empresario italiano Raul Gardini, casado con una de las herederas del imperio industrial que representa el Grupo Ferruzzi, ocurrido a primeras horas de esta mañana en su domicilio de Milán, causó hoy una gran conmoción entre los socios españoles del "holding" industrial y financiero, principal operador del sector aceitero español, con una cuota de mercado próxim al 20 por cien.

Todos los responsables de empresas y bancos españoles que mantienen relaciones con Ferruzzi (Tabacalera, Ebro Agrícolas, BBV, Koipe, Elosúa y Antibióticos, principalmente) mostraron su sorpresa por la noticia, aunque coincidieron en recordar que Gardini hacía tiempo que no dirigía el grupo.

Gardini, de 60 años, hacía tres años que fue retirado de la "cúpula" del grupo por la familia Ferruzzi, cuando comenzaron a descubrirse "serias" irregularidades en la gestión del "imperio indutrial".

Las investigaciones abiertas acabaron vinculando al empresario que hoy se pegó un tiro en la cabeza, con operaciones de corrupción, "fondos de reptiles" para políticos, ocultación de beneficios al fisco y falsificación de balances, incluidas varias cuentas millonarias en "paraísos fiscales", como Curaçao y las Antillas holandesas, y un "agujero" de 70.000 millones y deudas "provisionales" de 2,5 billones, que se intentan saldar ahora con la venta de empresas.

La última parte del "culebrón Ferruzzi-Gardini la protagonizó Giusseppe Garofano, ex presidente de Montedison, cabecera del negocio químico del grupo que se fusionó con el Ente Nacional de Hidrocarburos (ENI) de Italia, y propietaria de la española Antibióticos S.A.

Garofono fue detenido recientemente en Ginebra como principal implicado en el supuesto pago de 25.000 millones de pesetas en comisiones ilegales que habrían ido a parar a la Democracia Cristiana y al Partido Socialista Italiano.

Los dos interrogatorios realizadosa Garofano por la polícía fueron el desencadenante de una crisis política y financiera que ha sumido a Ferruzzi en las pesquisas de la judicatura denominadas "manos limpias", sobre el cobro de comisiones ilegales por altos funcionarios y políticos, y que con la muerte de Gardini eleva ya a una decena el número de suicidios que ha originado.PRESENCIA EN ESPAÑA

El conglomerado industrial italiano era también propietario del grupo químico y farmaceútico Montedison, que desde hace años domina los laboatios españoles Antibióticos S.A., después de que Juan Abelló y Mario Conde, hoy presidente de Banesto, decidieran su venta.

Una vez retirado de la dirección de Ferruzzi, el empresario fallecido intentó nuevas operaciones en España con su propio grupo agroalimentario, como la compra a Ebro Agrícolas de su división de azucar, lo que finalmente no se materializó.

En los 11 años que presidió Ferruzzi, Gardini diseñó la entrada del grupo italiano en el sector aceitero español, en el que controla ahor las marcas KOIPE, Carbonell, Salgado, Semosa y tiene una participación significativa en Elosúa, similar a la que del Estado a través de una filial de Tabacalera.

Fuentes de Tabacalera, propietaria de un 36,8 por cien de Elosúa, a través de su participada Alimentos y Aceites, indicaron a Servimedia que el suicidio ha causado una fuerte conmoción en la cúpula de la empresa pública española, aunque advirtieron que Gardini ya no era el hombre clave de Ferruzzi, y, por tanto, no decidía sobre los designio de Elosúa, ni de Koipe.

Responsables de esta última marca aceitera consultados por esta agencia, declinaron hacer cualquier valoración sobre la muerte de Gardini, y señalaron que es la dirección de Ferruzzi en Italia a la que corresponde hacer las declaciones sobre esta cuestión.

Por su parte, los responsables del BBV mostraron su sorpresa y se limitaron a recordar que la participación del banco español en Koipe es del 6 por cien.

Sólo con sus principales marcas aceiteras (Koipe, CarbonellElosúa), Ferruzzi domina actualmente un 20 por cien del mercado de aceite español, ya que sobre una producción global de 781,5 millones de litros en 1992, el "holding" italiano acaparó 153 millones.

El "buque insignia" de los intereses aceiteros de Ferruzzi en España, Koipe, registró en 1992 unas pérdidas algo superiores a los 1.200 millones de pesetas, después de alcanzar unas ventas de 61.000 millones de pesetas.

(SERVIMEDIA)
23 Jul 1993
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