"SOY UN FORUNCULO QUE LE SALIO A LA IGLESIA", DICE EL OBISPO 'CASADO' DE AVELLANEDA (ARGENTINA)

MADRID
SERVIMEDIA

Jerónimo Podestá es obispo y ejerció como tal en la diócesis de Avellaneda, en Argentina, durante cinco años. Se autocalifica de "forúnculo que le salió a la Iglesia", porque desde hace 21 años comparte su vida con Cleria Luro, aunque no están casados. Se trata de uno de los pocos obispos que defienden públicamente el celibato opcional para sacerdotes y religiosas, motivo por e que fue relevado de su cargo.

En una entrevista que la pareja mantuvo con Servimedia, en la sede donde hoy fue clausurado el III Congreso Mundial de Sacerdotes Casados, el obispo explicó que "actualmente yo puedo ordenar sacerdotes y obispos, aunque no lo he hecho, pero la Iglesia tiene miedo a que lo haga. Imaginen ustedes que yo vengo acá y a todos éstos (a los participantes del congreso) los consagro obispos y hago una nueva iglesia".

La azarosa vida de este hombre de 72 años se inició cuandofue nombrado, a principios de los años 60, obispo de Avellaneda, un suburbio al sur de Buenos Aires, con un millón y medio de almas.

Por aquel entonces, el obispo empezó a destacarse por su oposición al régimen, razón principal -y no su relación sentimental- por la que fue relevado de su diócesis en 1967, según afirma.

"Tuve una entrevista dramática con el entonces presidente de Argentina, general Onganilla, y se puso enervado en la casa de gobierno y me dijo: 'Usted es el principal enemigo de larevolución argentina'. Me consta que después pidió a Roma que me hicieran callar, para lo que me tenían que sacar del obispado. Luego hubo otras razones para relevarme, pero la gran motivación fue esa".

Explicó que antes de su cese le ofrecieron otros cargos, que no aceptó. "Como a Jesús lo vendieron por 30 monedas de plata, a mí por la subvención que el Gobierno concedió a la Universidad Católica, cuando por ley se había establecido que éstas no recibirían ningún subsidio".

LIDER OPOSITOR

Mienras el obispo cobraba fama por su oposición al régimen, le visitó una mujer, que trabajaba en poblaciones indígenas como médico preventivo, con la intención de recabar su colaboración para ayudar a un sacerdote alcohólico que vivía en el norte de Argentina.

"Fuimos a visitarlo y nos recorrimos más de 1.500 kilómetros en el auto. Hicimos las cosas con toda naturalidad, porque si yo me quería acostar con ella no me iba a ir a recorrer tantos kilómetros", subrayó Jerónimo Podestá.

Posteriormente est mujer, llamada Cleria Luro, pasaría a trabajar como su secretaria, aunque no iniciaron relaciones sentimentales "hasta que Roma golpeó tanto que al final nos echamos uno en brazos del otro", indicó Cleria.

"Me pidieron", añadió el obispo, "que me separara de esta señora, que nunca la nombrara, que la separara de mi corazón, y yo pensé: el Papa puede pedir todo lo que quiera, pero que yo me arranque un sentimiento de mi corazón no me lo puede pedir ni él ni nadie". A partir de 1972, ambos son pareja pblica, como gustan llamarse.

No se han casado ni tienen hijos, aunque "ella, que está separada de su primer marido, tienen seis hijas, que son mis hijas, pero no las engendré yo", explicó el obispo.

Jerónimo Podestá reveló que su separación de la Iglesia de Roma le afectó especialmente en sus relaciones familiares, ya que todos rompieron con él, pero indicó que "es hermoso liberar no sólo los conceptos, sino los hechos".

Hoy tienen una opinión muy particular de los sacerdotes: "los que tiene su mujer clandestina y lo que salen y se casan". De los que se casan explicó que es normal que no quieran luchar por defender su nueva situación, "porque al dejar de ser curas dejaron toda una estructura que los asfixió y no quieren verse con la estola, el agua bendita".

ENCICLICA ANACRONICA

Respecto al actual Papa, opina que "no es una persona a la que yo le voy a rendir culto, si acaso respeto, pero más que eso no. Le escribí tres cartas, que me consta que le han llegado, y nunca me contestó, ni iquiera un gesto de educación, y yo soy tan obispo como él, porque si él lo es de Roma, yo lo soy de la Iglesia. Ahora va a sacar una encíclica donde dice que él tiene el monopolio de la verdad; me parece que es una cosa anacrónica".

Jerónimo Potestá no tiene dispensa papal, "porque no la he solicitado", pero su situación le permite en casos de necesidad ejercer como sacerdote o celebrar la misa cuando se lo piden.

"Hay curas que son requetecuras y que no hacen otra cosa que dar clases en la univrsidad. Yo recibo a todo el mundo, me preguntan, me piden consejo, les digo una palabra amable de aliento", porque está convencido de que el sacerdote moderno, como Jesús, "es el que dedica su vida a anunciar el Evangelio".

(SERVIMEDIA)
22 Ago 1993
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