El informe de esta asocación en la comunidad aragonesa correspondiente a 1996 señala dos denuncias concretas de familias calés que no han podido encontrar una vivienda en alquiler por ser gitanos.

La persona intermediaria que buscó la vivienda tuvo que desistir desesperanzada por las negativas de los propietarios, rechazo que prácticamente no se produce ante los inmigrantes.

La memoria del año pasado incluye además la denuncia de la presidenta de la Asociación Gitana de Zaragoza, Pilar Clavería, quien asegura que el paado año unas 250 familias gitanas no pudieron tomar en alquiler un piso, la mayoría en la capital aragonesa, pese a acreditar los ingresos suficientes para hacer frente al alquiler.

SOS-Racismo registró en 1996 un total de 47 denuncias por discriminación de todo tipo en Aragón, que se desglosan así: por discriminación y violación de derechos, 10; por agresión física, 9; por discriminaciones relacionadas con la solicitud o exigencia de documentación (Ley de Extranjería), 18, y por otros motivos, 10.

Belsué subrayó que los datos son similares a los de años anteriores, lo que "no es positivo, porque con las campañas que se están haciendo debería haberse solucionado en algo el problema".