Según el doctor José María Maroto, coordinador de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid, la terapia se basa en tres tipos de actuación: física, psicológica y de información.

"Se realiza ejercicio aeróbico controlado (gimnasia, marcha, pedaleo), se imparten técnicas de relajación y terapias de grupo y se dan charlas informativas para aclarar las dudas que tienen lo afectados", explicó.

El especialista destacó la rentabilidad de esta terapia, ya que tras un infarto la vuelta al trabajo en España es muy baja, en torno al 30%. "Sin embargo, la reincorporación en los grupos que participan en programas de rehabilitación cardiaca es de un 75% y lo hacen en menos de un año", añadió.

Un estudio realizado en la Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Hospital Ramón y Cajal entre 180 pacientes infartados, de los que 90 se sometieron a rehabilitación y otros 90 a una trapia convencional, demostró un ahorro en reingresos del primer grupo respecto al segundo de 5.074.039 pesetas el primer año y de 17.451.910 de pesetas al finalizar el estudio (seis años).

Los mejores resultados, sin embargo, se obtuvieron en los gastos indirectos (reincorporación laboral), ya que los beneficios fueron de 26 millones de pesetas al finalizar el primer año y de 209 millones al sexto.

En España sólo se realizan programas de rehabilitación cardiaca en 9 centros públicos y en 11 privaos. "Sanidad invierte millones en salvar a un paciente coronario mientras está en el hospital, pero una vez superada la crisis cardiaca sólo le proporciona medicación, una lista de consejos precarios sobre la dieta y el ejercicio que debe realizar", lamentó.