"En el fondo", aseguró el ministro, "se sabe que ambas no son buenas y que hacen daño; pero al principio tienen cierto efecto estimulante y, sobre todo, una vez acostumbrado a ellas, cuesta trabajo "desengacharse".

Solchaga hizo esta comparación en el debate de las enmiendas de totalidad presentadas por Izquierda Unida y el CDS al proyecto de Ley de Auonomía del Banco de España, que fueron rechazadas con 21 votos a favor, 247 en contra y 2 abstenciones.

La ley, que entrará en vigor el 1 de enero de 1994, tras ultimar su tramitación parlamentaria en esta legislatura, otorga al Banco de España la facultad de variar los tipos de interés y la masa monetaria en circulación sin recibir órdenes del Gobierno, aunque éste conserva el poder de decidir sobre el tipo de cambio de la peseta.

También prohibe la financiación de los déficit públicos y la compa directa de deuda pública del Tesoro, que sólo podrá ser adquirida, y en el mercado, en situaciones excepcionales, como las fases de turbulencias monetarias.

Por otra parte, la ley establece un duro régimen de incompatibilidades que obliga al gobernador y el subgobernador a no ejercer ninguna actividad profesional relacionada con las entidades de crédito o los mercados de valores en los dos años posteriores al abandono del cargo.

No obstante, para atemperar la dureza de esa disposición, fija asiismo que, durante esos dos años, recibirán una indemnización equivalente al 80 por ciento de su retribución cuando estaban al frente de la entidad emisora.

En su defensa del proyecto, Solchaga se mostró convencido de que los países que han otorgado mayor autonomía a sus bancos centrales son también los que han tenido más éxito en su lucha contra los precios.

Añadió que la establilidad de los precios y del tipo de cambio de la peseta "es condición necesaria, aunque no suficiente, para la "convergecia real" en los niveles de vida de los españoles con los países más prósperos de Europa".

Por eso, advirtió que "si queremos lograr en esta materia un triunfo permanente y no una mejora pasajera que se desvanezca tan pronto apunten signos inequívocos de recuperación de la actividad, si queremos definitivamente 'desengancharnos' de nuestra adicción histórica a la inflación, debemos dar un 'salto cualitativo' y no limitarnos a aprobar esta ley".

UN CUARTO PODER

Por su parte, Ramón Espasa, portavz de Izquierda Unida, aseguró que la ley convierte al Banco de España en "un cuarto poder, el poder opaco del dinero", que queda "al margen del control democrático del Gobierno y del Parlamento".

Acusó al Ejecutivo de haber convertido la autonomía de la entidad emisora en "un fin en si mismo" y en reconocerle una competencia absoluta para dirigir la política monetaria sin posibilidad de corrección por parte de los poderes elegidos democráticamente.

De las grandes modificaciones de la ley, sólo semostró de acuerdo con la prohibición de que el Gobierno financie el déficit recurriendo a préstamos del Banco de España, lo que genera un aumento de la inflación.

A su juicio, también es "un despropósito" permitir que el propio Consejo de Gobierno del Banco de España establezca el sueldo del gobernador y el subgobernador, sin ningún control, cuando se trata de personas que hacen continuas apelaciones al rigor salarial.

Por su parte, José Ramón Caso, del CDS, criticó la "precipitación" que, en su pinión, supone dar mayor autonomía al Banco de España y renunciar a una mayor flexibilidad en la política monetaria cuando todavía no se han despejado las incógnitas sobre el futuro de la Unión Económica y Monetaria.

Emilio Olabarría, del PNV, anunció la retirada de la enmienda a la totalidad inicialmente presentada por su grupo, pero insistió en reclamar que el Banco de España consulte a las autonomías, al igual que hace el Bundesbank alemán con las autoridades de los länder.

El portavoz del Parido Popular, Rodolfo Martín Villa, señaló que no hay razones suficientes para una enmienda a la totalidad y apoyó la decisión de prohibir al Gobierno que utilice la financiación privilegiada del Banco de España.

Propuso, no obstante, que se vaya más allá, hasta prohibir al Tesoro que que disponga de cuentas abiertas en el Banco de España con tipos de interés cero.