SOLCHAGA DICE QUE NO TIENE PREVISTO DIMITIR PORQUE SE SIENTE "PARTE DEL PROYECTO SOCIALISTA"
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El ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, aseguró hoy que no tiene previsto dimitir pese a las críticas por su política económica recibidas desde los distintos sectores, porque "yo creo que hay que ser un hombre para todas las estaciones, para las buenas y para las malas".
En declaraciones a la cadena Ser, Solchaga dijo que "he tenido ocasión de cosiderar hace dos años si seguía o no y una vez que decidí seguir tenía que continuar trabajando dentro de mi línea, porque lo importante es contribuir a un proyecto político colectivo y yo me siento parte de ese proyecto socialista".
"Creo que mi deber en este momento es estar aquí y no pasar los trastos, a menos que me encontrara con que la capacidad de acción que para responder de su propio cargo tiene que tener un ministro de economía y hacienda no se me diera, y en ese caso sí. Esta es la razón demi mantenimiento en este puesto", explicó.
"Lo reconozco", explicó, "hay veces que me gustaría estar menos en el centro de la atención de todo el mundo, del debate, pero quizá soy incapaz de hacerlo, pero mientras piense que hago lo que tengo que hacer, aunque sea impopular, van con el sueldo y uno no debe quejarse".
SINTONIA CON GUERRA
Sobre las declaraciones del vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, respecto a que la ecomomía que ha hecho Solchaga es la del Gobierno, valorándola poitivamente, el ministro dijo que "quizá este cambio en la forma de pensar es más aparente que real, porque Guerra ha estado compartiendo mesa y mantel en el Consejo de Ministros 9 años, por lo que es difícil que esa política económica que se hacía él no la compartiera".
"Otra cosa es que en momentos determinados no haya mostrado su apoyo total o haya expresado determinados desacuerdos, pero por la vía de los hechos su presencia en el Consejo de Ministros asevera el hecho de que la ha respaldado", añadó, al tiempo que aseguró que de no ser así "se hubiera ido del Gobierno".
Reconoció que se ha dado la impresión de que ambos están en dos frentes radicalmente diferentes, pero "me siento libre de cualquier reproche porque yo nunca he hablado de las posiciones del vicepresidente del Gobierno y quizá otros sí han hablado de qué es lo que no les gustaba de la política económica".
A su juicio, más que una diferencia sobre lo que hay que hacer, entre él y Guerra hay formas diferentes de contemplar la ransmisión a la opinión pública de los factores que configuran una política económica. "Yo no creo que sean dos familias mal avenidas dentro del partido", dijo, "lo que pasa es que el hecho de que España está en un mundo en transformación se aplica a los partidos políticos también".
Señaló que él ha criticado determinados aspectos del PSOE y continuará criticándolos en el futuro, y "a lo mejor ahí sí tenemos puntos de vista diferentes sobre cuál debe ser la apertura del partido a la sociedad, la crítia interna, el papel del grupo parlamentario o otros aspectos, pero rechazo la idea de que ahora estemos juntándonos por miedo a la pérdida de poder".
El ministro se refirió también a la situación de la economía y del paro. Sobre la subida del 0,9 por ciento de la inflación en enero, señaló que no sido una sorpresa. A su juicio, enero ha sido un mes "ni bueno ni malo", relativamente normal, que siempre se acerca al 1 por ciento.
Se mostró convencido de que en febrero y marzo seguirá bajando la tas interanual de inflación, lo que, a su juicio, demuestra que el IPC se está instalando ya en niveles más próximos a la convergencia. Destacó la importancia de que la subida salarial de 1993 se negocie fijándose en estas tasas de inflación, que, según el ministro, estará a finales de año entre el 4 y el 4,5 por ciento.
Solchaga explicó que los precios están bajando en gran medida por la caída de la demanda, debido a que el paro ha crecido mucho y España vive una situación de recesión. "Yo tengo la espeanza de que conforme transcurran los meses esta situación vaya mejorando, pero sé que lo hará poco a poco y que no cabe esperar una recuperación del empleo inmediata", añadió.
NO SE CREARA EMPLEO EN 1993
Aseguró que mientras la economía no crezca a un ritmo del 2,5 por ciento España no será capaz de crear empleo neto, ritmo que, según el ministro, no se alcanzará hasta 1994. Para este año, prevé un crecimiento próximo al 1 por ciento, por lo que dijo que en 1993 no habrá creación neta de empleo, aunue el paro aumentará a un ritmo inferior al de los últimos meses de 1993.
Solchaga explicó que la mayor parte del empleo destruido ha sido fijo, lo que responde no sólo a una situación coyuntural, sino también a los avances tecnológicos introducidos, que hacen que las personas de avanzada edad se adapten muy mal a las nuevas tareas.
El ministro dijo tener una "sensación de frustración" por los últimos datos del paro, "porque entre 1986 y 1991 se crearon 1.800.000 puestos de trabajo, pero no fuimo capaces de que el paro bajara del 15 por ciento". Añadió que con estos datos uno se pregunta si tenemos incorporado algo malo a nuestra estructura y al funcionamiento de nuestras instituciones que impide alcanzar el pleno empleo.
En su opinión, es necesario hacer una reflexión social sobre qué nos hace diferentes de otros países. Citó como problemas que tiene España, además en los servicios, los existentes en el mercado de trabajo, con rigideces en la entrada y la salida, la movilidad de los trabajadres, el sistema de negociación de los convenios, las características de la composición del salario, jornada del trabajo y horas extras.
"Esto, junto con esquemas de protección social que tratan de ayudar, y me parece lógico y legítimo, a los desempleados, a veces constituye un entramado que, hecho para beneficiar en su conjunto a los trabajadores, puede dar un resultado contrario al deseado porque impiden la creación de empleo", explicó.
Insistió en que el país tiene que modernizarse y dijo que "enemos un sindicalismo que está mucho más adaptado a una sociedad industrial que a la sociedad postindustrial hacia la que vamos".
Sobre la propuesta del PP de que la solución del paro sea prioritario, aunque cueste algún punto de inflación, dijo que "esa transacción entre inflación y desempleo es extremadamente peligrosa y políticamente es una frivolidad planteársela".
"Está demostrado por la experiencia de los últimos 25 años", explicó, "que una política que dice que no me importa que haya un pco más de inflación porque baja el desempleo está abocada al fracaso y sólo crea una cierta reactivación económica efímera y obliga al país a producir una mayor estabilización después con mayor pérdida de puestos de trabajo".
También se refirió a una posible bajada de los tipos de interés por parte del Bundesbank, y dijo que de haberla será poco importante, cercana al 0,25 por ciento. A su juicio, lo deseable es que no ocasione tensiones en los mercados y que éstos vean que aunque sea una bajada pequea sigue la senda de reducción de los tipos de interés.
El ministro dijo tener "alguna envidia" al pacto de solidaridad alcanzado en Alemania entre el Gobierno y los agentes sociales, que recoge un acuerdo de subidas salariales del 3 por ciento, y afirmó que le gustaría que se pudieran producir en España las condiciones para alcanzar un pacto de ese tipo, "por encima de culpas de unos u otros o de las circunstancias preelectorales que vivimos".
Sobre el debate de las autonomías, señaló que el trasaso de la gestión 15 por ciento del IRPF, junto con un plan de nivelación de servicios mínimos para favorecer a las autonomías más pobres, sería "una forma equilibrada de satisfacer los deseos y también calmar las inquietudes de muchos".
"Yo creo que en las próximas semanas podremos ir avanzando en los sondeos con las comunidades autónomas, pero quiero hacerlo con mucho cuidado porque es un tema que puede enfrentar a unas regiones con otras", explicó. A su juicio, si se disiparan las inquietudes de alunos, "creo que no es difícil en el espacio de unas pocas semanas llegar a un acuerdo".
También se refirió al proyecto de ley de huelga y dijo que este tema "ha sido un poco desgraciado por la forma en que se ha tratado, al margen del contenido del texto", al dar más importancia al hecho de que hayan sido o no consultados los empresarios que al contenido.
Sobre las diferencias en esta materia dentro del partido, señaló que "el presidente dijo su opinión y yo creo que una vez que ha hablado el preidente si queremos que las cosas puedan encontrar una solución equilibrada lo mejor es que los demás nos callemos".
Finalmente se refirió al cambio de actitud del presidente de la CEOE, José María Cuevas, al pasar de apoyar la política económica del Gobierno a criticarla frontalmente, y expresó su sorpresa.
"Estoy seguro de que el empresario español no es como la cúpula de la CEOE. Pueden compartir algunas críticas de la CEOE, pero el empresario español es mucho más rico y más plural que una estrctura o cúpula organizativa, que con frecuencia no conoce todas las actitudes de los empresarios ni toda su problemática", afirmó.
(SERVIMEDIA)
18 Mar 1993
NLV